Un código para las 'cookies'

La expansión de la publicidad en la Red no está exenta de polémica. Una de las que más revuelo ha levantado afecta a las famosas cookies (galletas), esas herramientas que sirven para rastrear las páginas por dónde ha navegado el usuario y así ofrecerle publicidad a su medida. Pero esta práctica choca con el derecho a la privacidad. Para intentar atajar los conflictos, el sector europeo de la publicidad online anunció ayer la firma de un código de autorregulación, un catálogo de buenas prácticas que otorga a los consumidores nuevos instrumentos "que les permitirán en todo momento gestionar su privacidad", según el Interactive Advertising Bureau Europe (IAB), organismo que representa a la industria de la publicidad online.

Buscadores y grupos de prensa se adhieren a la autorregulación

Las cookies son un chivato infalible: permiten conocer las páginas a las que accede un usuario y desbrozar así sus gustos. Los datos personales son tratados con una finalidad bien clara: proporcionarle publicidad basada en el comportamiento de la navegación (behavioural advertising).

Las empresas han optado por la autorregulación antes de que la UE les imponga normas estrictas. España tiene de plazo hasta el próximo 25 de mayo para trasponer la directiva comunitaria que regula el uso de las cookies. Estos archivos instalados en el disco duro del ordenador se podrán seguir utilizando, pero no se podrán instalar si previamente el usuario no da su consentimiento informado.

Antes de que lleguen las imposiciones, el sector apuesta por la autorregulación. Hasta ahora, han mostrado su adhesión al código desde los gigantescos buscadores de Internet hasta los grandes grupos de comunicación europeos, pasando por operadores de telecomunicaciones. Entre ellos figuran Google, Yahoo!, Microsoft, Orange, Financial Times, BBC Worldwide, Telegraph Media, Guardian News & Media y PRISA (grupo editor de EL PAÍS).

Las compañías tendrán hasta junio de 2012 para implantar un nuevo sistema de control, según el cual toda la publicidad gráfica basada en el comportamiento incorporará un icono que indicará a los consumidores el uso de una tecnología que le permita preservar su privacidad. IAB explica su funcionamiento: "Cuando se hace clic en ese icono se dirige a una página web de la empresa donde se facilita más información sobre este tipo de publicidad y se ofrece la posibilidad de darse de baja". Además, se habilita una página web de ámbito europeo para la gestión de las preferencias de privacidad por parte del usuario.

Esta web será una especie de ventanilla única (en múltiples idiomas) en la que los usuarios podrán controlar la publicidad que recibe pegada a una página. El código obligará a las empresas a ser transparentes en todo lo relacionado a la recopilación de datos y limitará la segmentación, sobre todo si afecta a los menores.