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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Culpable

Los controladores han encontrado la palabra clave en toda serie negra. La palabra culpable. Ya decía Julio Cortázar: no hay culpables, no se culpe a nadie. Pero Cortázar no hacía novela negra, ni era controlador. Los controladores aéreos eran hasta ahora seres fantasmagóricos que solo aparecían en el imaginario colectivo como espectros que hacían difícil la navegación aérea, cuando en realidad estaban ahí para facilitarla. Ahora aparecen en todas las televisiones. Los conocemos, forman parte de la serie nacional, ya tienen cara; alguno tiene el aspecto de Clint Eastwood cuando este buscaba culpables en las calles violentas de América. Luego Clint Eastwood envejeció e hizo Los puentes de Madison, asunto por el cual podría juzgarle con cierta mezquindad la historia.

En fin, ya tenemos la palabra culpable. Los portavoces de los controladores la pronunciaron en rueda de prensa. Seguro que dijeron más, pero ellos saben, porque el lenguaje televisivo ya es tan de dominio público como el lenguaje macroeconómico, que un total en televisión vale más que mil explicaciones. Dices culpable y ya tienes a la audiencia cautiva, eres dueño del total.

El culpable es José Blanco, el ministro de Fomento. Realizada esa declaración, ya tiene clara la audiencia de qué lado se va el macguffin, que dirían Hitchcock y Cueto. Hasta ahora la gente (sobre todo los afectados por las huelgas encubiertas o huelgas de celo) pensaba que la culpa de esas interrupciones arbitrarias del trabajo y del tráfico aéreo era precisamente de los controladores aéreos. En un momento determinado, el ahora culpable José Blanco reveló detalles acerca de los salarios y los sistemas de trabajo de estos empleados, y entonces la gente se cayó del guindo: "Ah, ¿de eso se quejan?".

Los portavoces de los controladores dicen que han salido de la cueva para explicarse porque ya no soportan más la manipulación de su imagen. Y se han convertido en carne mediática de primera página. Cuando han roto a hablar han dibujado un círculo en torno a la palabra culpable. Ellos saben que esa palabra despierta enseguida la pituitaria de la audiencia. Y la repiten para que la gente la asocie a José Blanco. Son listos. Claro, controlan.

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