Un detective frente a la cámara
Peter R. de Vries, de 52 años, conductor de un programa de investigación criminal, se ha convertido en la sensación televisiva de Holanda. Muy conocido por el tono rayano en el narcisismo de unas emisiones dedicadas a encontrar a los culpables de casos policiales sin resolver, el último le ha catapultado a la fama internacional.
El espacio se emite esta noche por la cadena comercial RTL4, y promete aclarar la suerte corrida por la estadounidense Natalee Holloway, desaparecida en 2005 a los 18 años. El interés despertado ha sido tal que la cadena ABC ha comprado ya la producción para presentarla mañana. CNN y el resto de sus colegas han recogido también con ardor la labor de De Vries.
La chica fue vista por última vez en una playa de Aruba, la antigua colonia holandesa en las Antillas. El principal sospechoso de un destino que se presume trágico era un holandés de su misma edad, Joran van der Sloot. Como en las novelas negras, el joven efectuó declaraciones contradictorias sobre lo ocurrido la noche de autos. Mintió a la policía sobre su relación íntima con ella y acerca de un macabro viaje en bote. Con el caso cerrado por falta de pruebas y el chico en libertad, entró en acción el reportero metido a detective privado.
Según promete demostrar hoy, Natalee está muerta y Van der Sloot contribuyó al menos a ocultar el cuerpo. ¿Cómo lo ha sabido De Vries? Por medio de un truco clásico: pagó a un tipo para que se hiciera amigo del joven y grabara sus conversaciones. En una habría confesado su culpabilidad. Un testimonio del que ahora reniega calificándolo de "mentira para impresionar a su amigo", el soplón encubierto. De momento, sin embargo, a la fiscalía de Aruba parecen convencerle las nuevas pruebas y ha reabierto el caso. En cuanto a Peter R. de Vries, se prepara para la gloria televisiva.
