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Televisión

La 2 y Cuatro ganan en calidad

Un estudio revela que los espectadores opinan que los contenidos han mejorado

Rosario G. Gómez

La televisión es la principal fuente de entretenimiento y de información pero tiene también sus puntos negros. Los espectadores se quejan del exceso de publicidad, de los contenidos violentos y del incumplimiento del horario infantil. La audiencia está descontenta del cada vez más reducido peso de la oferta cultural, del abuso de programas rosas y, en general, de la falta de variedad en las parrillas. Así se desprende de un estudio realizado por la Universidad de Navarra, que analiza la evolución de la oferta televisiva en los últimos cinco años.

Para el 40%, la televisión ha empeorado en este lustro, mientras que el 48% percibe que ha mejorado. Uno de cada cuatro (27,8%) sostiene que la programación es mala o muy mala, frente a un 39,5% que la considera buena o muy buena.

La ficción nacional supera en nota a las producciones extranjeras
El 23% de los internautas se descarga gratis series y programas

Entre las cadenas más valoradas figuran La 2 y Cuatro. El 72,8% y el 68%, respectivamente, afirma que ambas ofrecen una programación buena o muy buena. Peores puntuaciones obtienen TVE-1, Tele 5, Antena 3, La Sexta y las autonómicas. No obstante, la mejor puntuación se la llevan los canales de pago, que obtienen el respaldo del 78,8%.

Los responsables del estudio -llevado a cabo entre una muestra representativa de 1.000 personas durante abril y mayo de este año- precisan que la percepción de la calidad tiende a disminuir con el aumento del nivel de estudios. De hecho, la mitad del público con educación básica o primara da una alta puntuación, pero ese porcentaje baja a una cuarta parte cuando se pregunta a los titulados.

También la edad influye a la hora puntuar los contenidos. Los más satisfechos son los menores de 20 años y los mayores de 65. Los comprendidos en este último bloque son, de hecho, los que más televisión consumen, con más de cinco horas diarias.

Para Mercedes Medina, una de las autoras del estudio, el sector audiovisual español está atravesando una etapa de transformación al pasar "de un oligopolio en el que los canales públicos concentraban más del 50% de la audiencia a una situación de mayor variedad, pero alejada aún de la oferta multicanal que se recibirá en la mayoría de los hogares dentro de cuatro años".

En cuanto a la televisión de pago, el trabajo realizado por la profesora Mónica Herrero pone de manifiesto que los programadores se esfuerzan por sumar nichos de espectadores que buscan contenidos muy concretos. Dos tercios de los encuestados se abonan para ver películas o documentales, la mitad busca fútbol y un tercio, espacios infantiles.

A la hora de elegir contenidos de entretenimiento, la audiencia se decanta por la ficción española -capaz de crear hábitos de consumo- frente a la extranjera. "Las series aportan dos ventajas añadidas: permiten fidelizar al público y su continuidad en la antena contribuye a construir la imagen de marca", recalca el estudio. La proximidad geográfica y cultural de las tramas son factores añadidos.

Trasladado este fenómeno a cifras se observa que el 58% de los encuestados prefiere las teleseries nacionales, frente a un 39% que se engancha a las llegadas de Hollywood. En cualquiera de los dos mercados, existe coincidencia en adjudicar una nota alta. Tres de cada cuatro consideran que tienen una buena e incluso muy buena calidad.

Para las series y para otros formatos, Internet se ha convertido en un óptimo aliado. Hasta hace poco, la Red era vista como una amenaza para la televisión, pero ahora uno de cada cuatro internautas se descarga con frecuencia series y otras producciones televisivas (y lo hace sin pagar). El mismo porcentaje visita los sitios web de los programas, cada vez más sofisticados e interactivos (el 19% participa en foros y chats). Además, uno de cada diez ve de vez en cuando la televisión por Internet, mientras que apenas el 4% se descarga tonos y fotos para los teléfonos móviles.

Internet se presenta, precisamente, como una fuente alternativa para captar publicidad, al margen de los anuncios tradicionales. "La fragmentación de la audiencia implica que cada vez será más difícil ofrecer a los anunciantes ratings superiores al 17%, pero Internet favorecerá que las televisiones exploten nuevas ventanas de exhibición de sus productos", concluye el estudio.

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