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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La tercera llamada del cartero

La primera versión norteamerícana de El cartero siempre llama dos veces es la tercera de la famosa novela de James M. Cain. La novela se publicó en 1934. En 1939, un francés llamado Pierre Chenal urdió un refrito pirata, que no debió ser muy afortunado porque pocos lo han visto y no han dejado testimonios.En 1942, un joven aristócrata y director de teatro italiano llamado Luchino Visconti, que, aunque pertenecía a la generación de los neorrealistas, se diferenciaba de ellos por su gusto por las intrigas de la dramaturgia romántica y los temas desmesurados y broncos, realizó Obsesión, su primera incursión en la pantalla, que se puede considerar una de sus mejores películas. Obsesión está directamente extraída de la novela de Cain.

Una cuarta versión de El cúrtero siempre llama dos veces es bien reciente. Fue realizada en 1981 por Bob Raphelson y, aunque de estilo más blando que el del relato literario, mantiene una buena combinación de erotismo y violencia en el dúo amoroso de la novata Jessica Lange y el veterano Jack Nicholson. Ella da una lección actualizada de aquella casi extintafuicidad que caracterizó a los grandes intérpretes norteamericanos. Nicholson, por su parte, con toda su sofisticada técnica a cuestas, hace agua por ese flanco fuerte de su compañera de reparto, y su trabajo, aunque muy competente, peca de demasiado estudiado, de exceso de laboratorio en la trastienda, que hace perder dureza e inmediatez a la fachada.

Cotejar ese su mismo personaje con el encarnado por John Garfield, infortunado hombre y actor dé una pieza, apodado el Jean Gabin del Bronx, que se formó en los primeros años treinta en los hervideros neoyorquinos del Group Theatre, maestro indiscutible de Humphrey Bogart, y una de las más patéticas víctimas del. senador Joseph MeCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas, es una experiencia que ningún buen amante del cine debe esquivar.

La tercera, y primera norte-, americana, versión de El cartero siempre llama dos veces es uno de los grandes momentos de la corta y apasionada carrera de John Garfield, muerto en oscuras circunstancias -hay quienes hablan insistentemente de suicidio- mientras era víctima de un acoso despiadado por los agentes de McCarthy, a causa de su rotunda y orgullosa negativa -sólo Dashiell Hammett le superó en gallardía durante los interrogatorios de la lúgubre Caza de Brujas- a dar ni un solo nombre de militantes izquierdistas de los medios sindicales del cine norteamericano.

Su interpretación en El cartero siempre llama dos veces es del año 1946. Garfield se encontraba en-tonces en la plenitud de su oficio.

Adaptó la austera y magistral novela uno de los más rigurosos e imaginativos guionistas de Hollywood: Niven Busch -autor de incomparables guiones como los de Duelo al sol, de King'Vidor; El forastero, de William Wyler, y Lasfirias, de Anthony Mann-, y la dirigió Tay Garnett, irregular y singular director, capaz de lo peor y lo mejor, -considerado ,erróneamente como un artesano traductor de guiones, que ponía en venta sin escrúpulos su obediencia, cuando, en realidad, se trataba de un cineasta de especie escéptica, insobornable y rara, dotado tanto para la comedia como para los más enrevesados asuntos dramáticos, y que, a salto de mata, entre filmes modíanos y otros d e alta calidad, creó -eso sí, fragmentariamenteun estilo al mismo tiempo matemático y delirante, que podría radiografiarse como el de un barroco de la finea recia.

Muy pocos cineastas de su tiempo tuvieron como Garnett el olfato tan afinado para crear insólitos movimientos de cámara. Sus, como se les llama en la jerga, travellings de rectocación, que consisten en ligeros desplazamientos invisibles de la cámara, para que ésta se acople a los movimie.titos espontáneos del actor, son insuperables.

Si se escribiera un manual de caligrafía comparada del cine habría que rastrear el secreto aprendizaje de, por ejemplo, el brillante Orgon Welles de éste oscuro maestro.

Uno, de sus trabajos más inspirados -pues contiene escenas exactas y durísimas; una poderosa atmósfera viciada, enrarecida; una interrelación casi de filigrana en el interior de cada plano y de cada secuencia de los juegos de los actores, que parecen trazados con tiralíneas; y una admirable interpretación de Garfield y; de Hume Cronyn- es precisamente esta tercera, y primera norteamericana, versión de El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain.

Relato y filme entran por derecho propio en la más exigente antología del mejor cine negro de, Hollywood.

El cartero siempre llama dos veces se emite hoy a las 21:35 por la primera cadena.

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