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Entrevista:gente corriente | ARTURO K. SITANUEVA / EXTRATERRESTRE | el tiovivo

"ADORO LA CRISPACIÓN"

Durante los últimos diez años, Arturo K. Sitanueva ha vivido de incógnito en España. Su discreción proviene del hecho de que es extraterrestre, concretamente de GRT33, pequeño planeta situado saliendo de la galaxia a mano izquierda. Sitanueva nunca hasta ahora ha confesado su procedencia. La fama le daba miedo. "No quería acabar como freak de la tele", dice. Ahora, con la crisis, sin embargo, se ve obligado a salir a la luz, hablar abiertamente de su origen y buscar un hueco en los medios. Sitanueva se ha quedado en paro.

Pregunta. ¿En qué ha trabajado usted?

Respuesta. Un poco en todo, pero básicamente en la construcción.

P. Ay, ay, la jodía burbuja inmobiliaria.

R. Sí. Gracias a mis poderes mentales ponía ladrillos como nadie, y era sencillo trabajar sin papeles. La mitad de la costa mediterránea es mía, podríamos decir, por más que muchos se la atribuyan. Pero bueno, qué más da. Ahora se ha acabado.

P. ¿Qué le ha llamado a usted más la atención del modo de vida en nuestro planeta, especialmente en la civilización occidental?

R. Bueno, son tantas cosas... No sé, por escoger una de las curiosidades... Es difícil. Qué le diré yo. Me llamó mucho la atención lo de trabajar a cambio de dinero.

P. A ver si me va a decir usted que en las civilizaciones más avanzadas se trabaja gratis.

R. No, no. No es eso. Lo que me llamó la atención siempre es que ustedes se levantan temprano, cogen el coche para ir a trabajar, en el trabajo les dan a ustedes dinero, y con el dinero pagan el coche. Es un sistema de vida al que no acabo de acostumbrarme.

P. ¿Cómo viven ustedes en GRT33?

R. Para empezar, no hay casas ni coches. Por lo tanto, no hay hipotecas ni créditos al consumo. De esta manera, nadie trabaja. La gente nace, está y se muere.

P. La gente nace y está.

P. Sí. Es una vida tranquila, pero muy aburrida. Por eso emigramos a patadas. Aquello no hay quien lo aguante. Muchos nos venimos a la Tierra en busca de emociones fuertes, y singularmente a España, por la crispación. Aquí da gusto. Ahora parece que se calmará la cosa, y que van a pactar hasta el Tribunal Constitucional. Bah. Una pena. Pero los años pasados no nos los quita nadie. ¿Puedo saludar?

R. Claro.

P. ¡Rouco, eres el mejor!

Sitanueva es un entusiasta de la crispación española, tan desnostada. En su prodigiosa memoria alienígena conserva algunas imágenes que, gracias a sus poderes, ha distribuido por todo el universo. "Esos obispos en manifestación por las calles de Madrid. ¡Oh, oh, y reoh!", se relame Sitanueva al proyectar en el aire la imagen tridimensional de obispos con gorra protestando contra el Gobierno. "Yo enviaba esas imágenes y era la envidia de mi planeta. Fue un poco efecto llamada. Empezaron a venir gerretreintatresenses, y ahora somos legión". Sitanueva confiesa un secreto: "Algunos de los agitadores de la crispación española son conciudadanos míos. Sí. Nos va la marcha. No podemos remediarlo. ¡Viva España!".

Entre sus planes de futuro, colocarse en algún medio como comentarista y aprovechar la crisis económica para meter cizaña. Ya ha comenzado a estudiarse a fondo el nuevo sistema de financiación de las autonomías, y aguarda con impaciencia el mes de septiembre.

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