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me cago en mis viejos

DÍA 15

l problema de mi viejo con el curro, en vez de sumarse al mío, lo ha anulado. Por increíble que parezca, ya no me preguntan cómo llevo el programa de estudios. Como no me lo preguntan ellos, me lo pregunto yo. Vengo observando que cuando mis viejos desaparecen, me convierto en mi propio padre; es un misterio, un tema digno de Expediente X. ¿Cómo llevas el programa de estudios?, me pregunta, pues, el viejo que llevo dentro. La respuesta es jodida. Estamos a mediados de mes y no he tocado los apuntes. Si me pusiera ahora, me digo... A ver, vamos a hacer cálculos: tantas páginas, tantos días, tantas páginas por día. No te engañes, me dice el viejo de los cojones que llevo dentro de la cabeza y que es más jodido que el real, no te engañes, colega, no llegas ni de broma, aunque no te dedicaras a otra cosa de aquí al final de mes. ¿Qué hago entonces?, ¿renuncio?, ¿me tiro por la ventana?, ¿me voy de casa? No me imagino repitiendo otra vez. Ni repitiendo ni dejando de repetir. No soy capaz de imaginarme en ningún sitio, en ninguna situación. No sé qué voy a hacer de mayor. Además, ya soy mayor. Cuando el viejo de dentro de la cabeza me presiona mucho, me pongo a sudar y tengo que salir corriendo de casa, para respirar, para tomar el aire, porque el tema, o la tema, según, me afecta también a la respiración.

No soy capaz de imaginarme en ningún sitio, en ninguna situación. No sé qué voy a hacer de mayor
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Tras una discusión agotadora conmigo mismo, decido que voy a estudiar tres horas cada día, aunque no me rinda, aunque no llegue, para tranquilizarme, como el que hace caligrafía. Voy a adoptar la modalidad zen. En vez de resolver el problema del modo que me conviene a mí, me digo, lo voy a resolver del modo que conviene al problema. No entiendo muy bien lo que quiere decir esta frase, no sé de lo que hablo, pero lo cierto es que el viejo de dentro de la cabeza se ha tranquilizado con esta actitud que podríamos llamar constructiva. Llegada la calma, decido que comenzaré mañana, pero milagrosamente comienzo a estudiar hoy.

EDUARDO ESTRADA

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