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Reportaje:teatro

Dario Fo reúne en un montaje las tres pasiones de su vida

El Nobel ejerce de pintor, activista político y actor en 'Hace daño el agua'

Hace daño el agua era el título del espectáculo que presentó el Premio Nobel octogenario Dario Fo. Un nuevo montaje creado por encargo de la Expo de Zaragoza. Así se llamaba. Porque desde su estreno el pasado domingo en el Palacio de Congresos de la ciudad aragonesa, el propio autor le ha cambiado el nombre. ¿El nuevo? Apocalipsis aplazado. ¡Bienvenida catástrofe!

Sea como sea, se trata de una vuelta de tuerca de Fo a su propio teatro fusionando sus tres grandes pasiones (si dejamos al margen a su mujer, la también escritora y actriz Franca Rame). Con ellas ejerce sus oficios más conocidos: el de pintor, el de actor y el de activista político (de izquierdas, claro).

Minutos después de finalizar la representación de este montaje, Fo reía abiertamente cuando oía que lo visto sobre el escenario suponía no ya un viaje a sus orígenes, sino una auténtica regresión a su infancia y a San Gianno, donde nació en 1926. Allí, siendo un mocoso pintarrajeaba garabatos y los explicaba con palabras. Contaba historias y relatos y los ilustraba con sus dibujos.

Su nuevo espectáculo es en realidad eso, una personal, ácida y divertida conferencia sobre temas que le preocupan: el cambio climático, las catástrofes ecológicas... Y donde arremete, por supuesto, contra Berlusconi (al que califica de déspota rodeado de cortesanos chupaculos) y otros poderosos. Todo ello sobre el fondo de dos grandes pantallas, en las que se proyectan sus pinturas y garabatos llenos de fuerza y colorido.

Hay, como en muchos espectáculos de Fo, lugar a la improvisación. Y cabe hablar del conflicto en Georgia (dice que la razón de lo sucedido es el oleoducto que atraviesa ese país), encender las luces de la sala para que el público de las últimas filas pase a sentarse en los asientos vacíos de las primeras -"quizá por ausencia de las autoridades", dijo- o dedicar su espectáculo al trabajador fallecido días atrás en la Expo por un accidente laboral.

Pero incluso cuando Fo habla de tragedias echa mano de la gran constante en su vida: la sátira. "Nace de la tragedia y del poder de la injusticia", sostiene en el espectáculo. También de la tradición oral. En esta ocasión ambas las aplica para recrear en escena, yendo de un lado para otro, una posible salvación del planeta, si la energía eléctrica dejara de existir.

A medida que pasa el tiempo Dario Fo parece dibujar un círculo con su propia vida buscando territorios que transitó, con menos años y menos sabiduría, en su primera infancia. Redunda en este hecho el libro de memorias que publicó en 2005: El país de los cuentacuentos (Seix Barral). Trataba sobre sus primeros siete años. Y allí los definía como "los más importantes de la vida".

Dario Fo, durante la representación en Zaragoza.
Dario Fo, durante la representación en Zaragoza.FERNANDO SANCHO

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