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cine

Gutiérrez Aragón anuncia su retirada

Allí estaba él y, a unos metros, su película. Copiada. En el top manta, al día siguiente del estreno. Una funda fina, una fotocopia de mala calidad y Todos estamos invitados (2007) a tres euros. Debió poner una cara como de interés, porque el vendedor se la ofreció. "¿Quiere usted comprarla?". "No, no". Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942) se negó en redondo, claro.

"Es una competencia con la que no hay tu tía". El director y guionista recordaba ayer esta anécdota incómoda minutos después de anunciar a bocajarro que sopesa dejar la dirección. "Bueno, es una cosa que todavía no me gustaría que contárais pero... considero que a mi vida cinematográfica debe ponerse fin, pienso que es mucho mejor poner uno el punto final que no que te lo pongan".

Para Gutiérrez Aragón, con 26 títulos y varios premios a sus espaldas, sería "espantoso" verse obligado a hacer una película que no le gustara. "Me quedan muchas cosas que contar pero las puedo contar en privado", señaló ayer en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, donde participó en la proyección de su película Visionarios (2001), con Eduardo Noriega, Ingrid Rubio, Emma Suárez y Karra Elejalde.

"Más o menos pienso que esto se acabó, el cine me ha dado mucho y estoy muy agradecido y muy contento pero creo que se debe poner punto final en algún momento", añadió el premio Nacional de Cinematografía en 2005. No quiere tener que enfrentarse a rodajes más cortos. Está acostumbrado a hacer películas en "ocho o nueve semanas" y no podría dejarlas listas "en cinco", explica.

Retirarse debe de ser una decisión difícil. Quizá por eso ayer quiso dejar una puerta abierta: "No es un juramento ante la Biblia, si me arrepiento me arrepentí, no tengo que dar cuentas a nadie".

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