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arte

Dos 'tizianos', a la venta a precio de ganga

Si Reino Unido no paga 124 millones, el propietario subastará los cuadros

De no mediar una urgente y sustanciosa inyección de fondos, el público británico se arriesga a perder el privilegio de contemplar dos de las obras más celebradas del Tiziano, descritas en su día por Lucien Freud como "las pinturas más bellas del mundo". Diana y Acteón y Diana y Calisto, que llevan la firma del gran maestro renacentista, se exhiben desde hace medio siglo en la sede escocesa de la National Gallery, gracias al generoso préstamo del duque de Sutherland. El propietario ha decidido venderlas, si bien anteponiendo los intereses de la nación: pide 62 millones de euros por cada una de las pinturas, oferta que el museo considera una "auténtica ganga" habida cuenta de que su actual valor en el mercado al menos triplica esa cifra. El problema reside en que el presupuesto de la institución museística no alcanza para cubrir ese precio, mientras los marchantes y coleccionistas de medio mundo permanecen a la expectativa.

Ése es el argumento esgrimido por la National Gallery para emprender una campaña recaudatoria que apunta a generosos y altruistas donantes, al público de a pie y también al propio Tesoro británico. "Sería difícil exagerar la desgracia que supondría la pérdida de los dos tizianos", declaraba el director de la galería de Edimburgo, quien equiparaba esa tragedia a que el museo parisiense del Louvre se viera despojado de la Mona Lisa o la galería veneciana de los Uffizi se quedara sin sus botticellis.

A la cabeza de la iniciativa para retener esas joyas de la pintura figura la propia prensa del Reino Unido, que ayer procuraba amplio eco al ultimátum planteado por el aristócrata: exige una respuesta positiva del museo para adquirir Diana y Acteón antes del año nuevo, plazo que prolongaría cuatro años en el caso de Diana y Calisto. Si la operación acaba cerrándose, el duque accedería a mantener durante otras dos décadas el préstamo del resto de la colección, de la que forman parte -conocida como Bridgewater- 27 obras de los grandes maestros de la pintura que hoy penden de las paredes de la National Gallery de Escocia. En caso contrario, el propietario se dispone a poner en el mercado los tizianos, a la espera de la mejor puja.

A pesar del maltrecho estado del presupuesto público británico -el país está a un paso de la recesión económica-, el Ministerio de Cultura se ha movilizado para intentar convencer al canciller del Exchequer, Alistair Darling, de que conceda al museo un crédito de urgencia de entre 12 y 24 millones de euros. Esa cantidad -que de plasmarse significaría el primer préstamo de esa naturaleza desde 1972- se sumaría a otra importante aportación del Patrimonio Británico, acostumbrado a captar donaciones a cambio de importantes exenciones fiscales.

En juego está no sólo el orgullo nacional, sino sobre todo la pérdida de dos de las pinturas más importantes de la oferta cultural de las islas. Su concepción nació del encuentro entre Tiziano Vecelli (1485-1576) y Felipe II, quien encargó al artista una serie de "poesías" que mostraran la belleza de la mujer desnuda para decorar su cámara privada. El resultado fueron seis lienzos, entre ellos las dos Dianas ahora objeto de pugna, sendos óleos sobre lienzo de 188 - 206 centímetros, a los que el autor dotó de elementos similares porque los concibió para ser colgados en la misma pared. Si la campaña de la National Gallery no llega a buen puerto, los caprichos del mercado del arte podrían acabar bifurcando sus caminos.

Estas dos obras se exponen en la sede escocesa de la National Gallery. Arriba, <i>Diana y Acteón; </i>a la izquierda, <i>Diana y Calisto, </i>de Tiziano.
Estas dos obras se exponen en la sede escocesa de la National Gallery. Arriba, Diana y Acteón; a la izquierda, Diana y Calisto, de Tiziano.

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