_
_
_
_
_
Reportaje:talentos

España en 4.000 kilómetros de fotografías

Juan Millás y Eduardo Nave muestran su viaje por la Península sin rumbo

A Juan Millás (Madrid, 1975) y a Eduardo Nave (Madrid, 1976) les cuesta ubicar sus fotos cuando se les pregunta dónde se hicieron. Se lo piensan, dudan. Se consultan entre sí pero están satisfechos. Esta desubicación era precisamente lo que buscaban cuando emprendieron su proyecto Península. Así se titula la propuesta de estos dos fotógrafos que estos días se expone en el stand de la galería Estiarte en Arco. Es el resultado de un "paseo" sin rumbo que hasta ahora acumula 4.000 kilómetros. El trabajo de dos cazadores de imágenes originales, distintos. Una mezcla de arte y naturalezas muertas, de testimonios deshumanizados y paisajes estáticos. Recuerdos enviados desde una ruta por donde transita el fotoperiodismo y la creación.

"Ya no sabemos qué foto ha hecho cada uno", dicen los autores

Empezó hace un año en Valencia, donde vive Nave, y pretenden acabarlo en Portugal. "Lo que nos interesa del paseo es la falta de destino concreto y quisimos hacer un relato fotográfico partiendo de la ausencia de intención", explica Millás. Los dos vienen del fotoperiodismo y cierto "cansancio" les empujó a perseguir exactamente lo opuesto a las imágenes informativas: un reportaje sin tema.

Después de 4.000 kilómetros a la deriva, recorridos en varias etapas, no sólo se confunden los lugares, sino también la autoría de las fotos. "Ya no sabemos cual es de cada uno, pero en este proyecto el fotógrafo tampoco importa", explica Nave.

Bajo cada una de las fotografías se puede ver una serie de números a modo de título. Así fue como se las ingeniaron para nombrarlas "sin decir nada sobre ellas": escribiendo sus coordenadas. El GPS que les acompaña también les ayuda cuando el viaje llega a un punto muerto o no se ponen de acuerdo sobre qué dirección tomar. "Hacemos que el aparato trace una ruta con dirección a Portugal y la seguimos". El aparato sirve de "árbitro sin voluntad" que propicia que la siguiente parada nunca esté planificada. "La primera vez que utilizamos el GPS de esa manera llegamos a Riopar, en Albacete, uno de los paisajes más bonitos que hemos fotografiado", recuerda Millás.

La mayoría de las imágenes son paisajes solitarios, bares de carretera, edificios en ruinas, paredes llenas de pintadas. La presencia humana es muy escasa. Una vez, cerca de Almagro, estuvieron durante tres días alojados en el hostal de un hombre que había montado un museo con toda clase de objetos acumuladas durante años. "Tenía una vocación frustrada de arqueólogo. Había recogido desde fósiles y piezas de cerámica hasta zapatos", explican. Ante una de las imágenes, tomada desde la entrada a una carpa de circo, en la que se puede ver a una trapecista que hace sus ejercicios de espaldas al objetivo, los fotógrafos hablan de otra de las características de Península: la mirada desde al umbral que no trata de comprender lo que ocurre. Renuncian así al destino y al sentido. Una manera perfecta de redondear este trabajo en las antípodas del reportaje.

Eduardo Nave y, a la derecha, Juan Millás, en Arco.
Eduardo Nave y, a la derecha, Juan Millás, en Arco.ULY MARTÍN
Una imagen del proyecto <i>Península</i>, de Nave y Millás,  que expone  la galería Estiarte en Arco.
Una imagen del proyecto Península, de Nave y Millás, que expone la galería Estiarte en Arco.

Grandes preguntas

- ¿Quiénes son? Dos fotógrafos amigos: Eduardo Nave y Juan Millás. Trabajan juntos en un proyecto llamado Península que consiste en hacer un reportaje sin buscar un tema concreto. Los países que van a recorrer juntos son España y Portugal. Ellos dicen que Península es, en realidad, un paseo.

- ¿De dónde vienen? De hacer 4.000 kilómetros "paseando", de momento sólo por España. Ambos se ganan la vida como fotoperiodistas. Para Millás este proyecto supone la primera exposición en una galería. Nave tiene más experiencia con la fotografía artística y ha expuesto en varios espacios.

- ¿Adónde van? Continuarán con la siguiente etapa de su proyecto donde lo dejaron, en Puebla de Sanabria (Zamora). Después les gustaría seguir trabajando juntos, quizás en Groenlandia, aunque aún no saben cuándo ni de qué manera.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_