_
_
_
_
_
Reportaje:Diseño

Flores que son de este mundo

Tuñón y Mansilla y Sanaa coinciden al crear sendos bancos con forma vegetal

Anatxu Zabalbeascoa

"Hace años que los dos estudios le damos vueltas a la misma flor", concede elegantemente el arquitecto Emilio Tuñón. Y no es que él y la última premio Pritzker, Kazuyo Sejima, anden deshojando una misma margarita. Es que no es la primera vez que coinciden en el diseño de esta forma primaveral.

En la pasada feria del mueble de Milán, la empresa alemana Vitra presentó un banco singular. Se llama Flower, tiene forma de eso mismo y, tapizado en piel sintética blanca, está pensado para fomentar el diálogo entre quienes esperan o descansan sentados en sus pétalos redondeados. Se trata de un mueble icónico, pero discreto. Posee la extraña mezcla entre ligereza y rotundidad que es marca de la casa de sus autores.

Vayamos un poco más atrás en el tiempo. Hace poco menos de un año, Escofet, empresa española de mobiliario exterior, puso en producción la banca (así, en femenino) Flor firmada por los arquitectos Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla y realizada, ahora, en hormigón pigmentado. Es decir, capaz de crecer en cualquier color. Vamos a explicar ese ahora. Esa singular bancada tenía origen en el asiento modular -capaz de transformarse mediante la suma de unidades- idéntico pero fabricado en madera con el que Tuñón y Mansilla amueblaron la Biblioteca y Archivo de la Comunidad de Madrid que firmaron hace más de una década.

De hecho, en la antigua fábrica de El Águila los inmuebles industriales de ladrillo y los nuevos de hormigón y cristal conviven hoy con una gran bancada de hormigón, suma de bancas Flor. "La sucesión de flores estrelladas completa el espacio y se ha convertido en un lugar de encuentro para los usuarios del edificio", cuentan los arquitectos. Eso, convertir un banco en el corazón de un edificio, sucede no sólo en este antiguo proyecto sino en muchos de sus trabajos.

La idea de este asiento de forma estrellada (presente en el anagrama del estudio) persigue la misma voluntad de combinar igualdad y diversidad que impregna los edificios de los arquitectos madrileños. Así, su banca Flor no es delicada sino compleja. Se trata de un diseño radial que permite un uso flexible -del que habla también Sejima- además de preservar la intimidad del usuario que decide sentarse solo en una de las puntas de la estrella.

La historia de la flor que comparten Sanaa y Tuñón y Mansilla se remonta a la vivienda que los madrileños levantaron en Nanjing hace ocho años. "Poco después Sejima construyó al lado su Casa Flor y, naturalmente, le quedó mucho mejor que a nosotros", continúa Tuñón. No es ésta la primera vez que estos arquitectos se adelantan a un Pritzker. Su sol naciente para el futuro Centro de Convenciones de Madrid llegó más de un año antes de que Herzog&de Meuron presentaran otro para la cercana sede del BBVA.

Banca<i> Flor</i>, diseñada por Tuñón y Mansilla.
Banca Flor, diseñada por Tuñón y Mansilla.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_