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Reportaje:Estilos

Origami para ceñir al cuerpo

Los diseñadores occidentales recuperan en moda y decoración técnicas niponas de trabajo manual

Xavi Sancho

La influencia de la cultura nipona en las formas de creación occidentales posee una tradición que se remonta a principios del siglo pasado. Desde la introducción en los años treinta de la papiroflexia en España por parte de Miguel de Unamuno hasta el boom del minimalismo que arrasara durante la década de los noventa, la presencia de la aproximaciones creativas orientales en la moda y el diseño ha sido más o menos constante.

La transferencia de técnica y conocimiento entre Japón y Occidente ha propiciado que a este lado de los Urales se adopten formas y filosofías de concepción, mientras que el tópico reza que en Japón lo occidental se desarrolla con tal mimetismo que hoy podríamos aceptar que algunos de los mejores whiskeys o zapatos a medida se fabrican en aquellas tierras. Ellos toman la técnica y nosotros abrazamos el concepto.

En los materiales utilizados existe un enorme respeto ecológico
No es raro ver a los más modernos haciendo ganchillo o magdalenas

Desde hace un par de años, entre el segmento más susceptible de la población occidental de abrazar irremisiblemente la tendencia, ha surgido un movimiento de recuperación del trabajo manual. En sintonía con ese retorno cíclico a los orígenes que oxigena la cultura posmoderna, hoy no es raro ver a los más modernos del lugar haciendo ganchillo, cocinando magdalenas o pan y arreglando sus propios vehículos. Gente que lo más manual que había hecho era girar la rueda del Ipod. Entre esta tendencia se han infiltrado técnicas niponas, muchas de ellas de raigambre pop, coloridas y optimistas. Desde la tienda Pika Pika Shop, un espacio en el barcelonés barrio de Gràcia que organiza talleres de técnicas orientales con gran éxito, explican algunas de las más en boga. "El amigurumi es el ganchillo tradicional con el cual se acaban elaborando piezas. Se puede reproducir todo con esta técnica. Angel clay es una técnica que se podría comparar a Fimo (plastilina o arcilla polimérica), lo único que no necesita horno. Es muy maleable para dar formas y texturas, aparte de que se puede teñir del color deseado. Se utiliza, básicamente, para reproducir dulces y pastelitos, los cuales luego puedes realizar colgantes y pendientes.

Productos realizados con estas dos técnicas ya piden verse en las pasarelas de moda. Luego tenemos el origami, claro, que sería papiroflexia pero desde el punto japonés. Existe desde hace miles de años. Es un ejercicio relajante que ordena cuerpo y mente".

"No me importan mucho las modas, aunque sí es cierto que he notado un retorno de lo antiguo y lo manual. Una nueva pasión por aquello que es de lenta elaboración. Creo que estamos todos un poco hartos de la producción en masa. Eso sí, no sabría decirte si recuperar técnicas como el punto o el origami es algo que se ha puesto de moda, o que vino para quedarse. Personalmente, me atrae de la técnica el hecho de que sea tan matemática y a la vez tan abierta a la improvisación".

La diseñadora de moda sueca Sara Backlund trabaja el género de punto y, desde hace tres años, no es raro encontrar en sus prendas referencias estéticas al origami, colocándose de forma accidental o premeditada en el centro de una tormenta perfecta de tendencia, manualidad y orientalismo. Menos constante en su aplicación de lo nipón en su creaciones pero más seguro de su cada vez mayor vigencia, el diseñador colombiano Jaime Salm, director creativo de MIO, presentaba recientemente su mesa origami. Durante el desarrollo del producto, Salm advirtió ciertas propiedades en la técnica que hasta hoy le habían pasado desapercibidas y en las cuales advierte una brecha que explorar en el futuro. "Creo que hay una correlación enorme entre el origami y el aprovechamiento del espacio. Los nipones son maestros en vida compacta y eso es algo que cada vez nosotros vamos a necesitar más. Por otra parte, existe en los materiales utilizados un enorme respecto ecológico, una filosofía milenaria que enlaza a la perfección con nuestra sensibilidad más contemporánea". Y no hay nada más contemporáneo que lo retro. Desde Barcelona, Wanda, un estudio formado por un diseñador y un arquitecto con pasión por lo efímero y lo manual y que ha desarrollado instalaciones para Lladró o Veuve Clicquot valiéndose de técnicas como el origami, ha logrado abrirse un hueco en el panorama internacional a base de arte, paciencia y declaraciones de intenciones bellas y románticas: "Creemos en las infinitas posibilidades del papel".

Objetos del taller de origami de la tienda barcelonesa Pika Pika Shop.
Objetos del taller de origami de la tienda barcelonesa Pika Pika Shop.
Vestido diseñado con la técnica japonesa de plegado por la diseñadora sueca Sandra Backlund.
Vestido diseñado con la técnica japonesa de plegado por la diseñadora sueca Sandra Backlund.OSKAR FALK

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.
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