Las alfombras se pasan al 3-D
El accesorio se convierte en protagonista y hace las veces de mueble

Las nuevas alfombras se han hartado de estar a nuestros pies. Quieren levantar el vuelo. La empresaria barcelonesa Nani Marquina escuchó esa idea de boca de Ron Arad, de origen israelí y uno de los diseñadores más imaginativos asentados del Londres bohemio. Y le pidió que lo consiguiera. El resultado, entre el tetris y la descomposición de los pixels, es la alfombra Do-Lo-Rez, un asiento-banco-puf que, sin embargo, sigue funcionando como felpudo.
No es fácil innovar con las alfombras. Más allá de variar los materiales y alterar los recursos gráficos que las decoran, Marquina lo ha hecho, durante dos décadas, recortando las formas, desgajando las telas, desdoblando las costuras, combinando las tradicionales lanas y sedas con gomas industriales y otros materiales sintéticos o haciendo, incluso, brotar flores del suelo, como en la Little Field of Flowers de Tord Boontje.
A pesar de ese progresivo desdoblamiento de las posibilidades de las alfombras, cuando esta empresaria con Premio Nacional de Diseño tropezó con Arad supo que se podía dar un paso más.
No es la primera vez que las alfombras se despegan del suelo. Durante siglos lo habitual era que se mostraran expuestas sobre mesas. Por encima del calor que ofrecían se valoraba entonces la preocupación por no estropearlas. Ese problema, el miedo a dañar una obra de arte, estaba presente en una alfombra mucho más reciente, la Mangas que, evocando los jerséis de punto que le diseñaba su abuela de pequeña, la ovetense Patricia Urquiola ideó para Gandía Blasco. La alfombra pasó de ser una apuesta de pasarela de la empresa de Onteniente a convertirse en uno de los productos mejor vendidos de la temporada pasada. Tanto es así, que también Urquiola ha querido levantar el vuelo con su alfombra Mangas y ha ideado, de una manera más tradicional, los pufs Mangas, Caramelo y Campana, que llevan tres dimensiones al diseño original. Ahora es posible componer una alfombra tridimensional -sumando pufs- o añadir una protuberancia de su misma piel que aúna bandas de lana tejida, al modelo Mangas original. A esta nueva generación de alfombras, sólo le falta volar.

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