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Reportaje:Estilos

El arte de ser mujer en Dubái

La feria más relevante del mundo árabe explora las contradicciones del islam

Art Dubai, la feria de arte contemporáneo más importante de mundo árabe, es la única del mundo que tiene un día reservado para las mujeres en el que los hombres no están admitidos, aunque sean artistas o galeristas. Discriminación, sin duda, pero en este caso positiva. Es solo una de las muchas contradicciones que hacen de Dubái y su feria una realidad tan fascinante como inquietante.

Pese a ser mujer y joven, la nueva directora de Art Dubai, Antonia Carver, ha convencido a una institución y a un capital financiero principalmente masculinos. Su llegada, todo un soplo de aire fresco, contribuyó a que las 81 galerías de 34 países aflojaran la censura que se aplicaban de forma casi inconsciente. "Cuando vas a Art Dubai ya sabes que no puedes traer cualquier obra", afirma Juan Antonio Horrac Moya, de la galería homónima, la única española, que exhibe las esculturas de Jorge Mayet y Susy Gómez.

En este certamen las artistas destacan con las obras más combativas y provocadoras. "La condición de la mujer islámica es polifacética y contradictoria. Occidente tiene pánico al velo, pero el debate es otro. Hay muchos velos y las mujeres podemos desacralizarlos e incluso jugar con ellos", asegura la marroquí Majida Khattari, que trabaja el tema de la mujer en la tradición de la pintura orientalista. En sus fotografías recrea obras célebres con modelos que ya no son las odaliscas fantasmales de Matisse y Delacroix, sino jóvenes contemporáneas que luchan con el peso de la tradición y la voluntad de reapropiarse de su cultura. Khattari es conocida por sus desfiles performance sobre el tema del velo y la cuestión de la moda en el mundo islámico.

Las obras de las mujeres funcionan aquí como un hilo conductor oculto. El único desnudo, en cualquier caso, es de la egipcia Nadine Hamman. La paquistaní Shazia Sikander, musulmana practicante, destroza los estereotipos, reinterpretando la tradición de la miniatura islámica en animaciones, instalaciones y murales, que materializan la tensión entre Oriente y Occidente. La iraní Soody Sharifi, que con la técnica del foto-collage introduce figuras contemporáneas en las grandes obras de la historia del arte árabe. Mucho más fría y racional, la iraní Shirana Shabazi utiliza el lenguaje de la publicidad en fotografías que no ofrecen ninguna clave de interpretación. "Son imágenes mudas, que no quieren imprimir ningún mensaje", explica.

Las revueltas que asuelan los países de la zona parecen lejanas. Puede que todos aseguren que en Dubái se vive muy bien, pero más de una obra parece indicar lo contrario. Por ejemplo, los barriles de petróleo decorados con gemas falsas y agujereados por las balas de Shiva Ahmadi o los collages censurados de Ramin Haerizadeh.

Obra de la marroquí Majida Khattari.
Obra de la marroquí Majida Khattari.

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