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Gastronomía

Los 'cocinillas' del 'rock and roll'

Un libro reúne improbables recetas de Rosendo, Amaral, Pereza o Burning

Que el rockero Rosendo Mercado se haya encerrado entre cacerolas y sartenes para recrear el pisto manchego de la señora Aurelia, su madre, es tan inédito como verlo celebrando un gol del Madrid -es del Atlético-. La artífice de tal hazaña se llama Sara Íñiguez. Es cantante del grupo Rubia y ha logrado que, para su libro Recetas del rock'n'roll (Fundación Autor), 30 rockeros enseñen los secretos para sortear las temidas resacas.

"El hígado sufre más con los bocadillos y las patatas de las gasolineras que con el whisky", asegura la autora, que ha basado su idea en el libro de cocina de la mujer de Peter Frampton, Mary Frampton and Friends. Rock & Roll recipes. Sara ha recorrido las casas de 30 colegas con una cámara de fotos, una botella de vino -"a veces dos"- y el estómago vacío. El resultado es un compendio de recetas reales y perfectamente detalladas de varias figuras del rock español. Así Coque Malla explica cómo se cocina el Malla's Penne Boletus, un plato que inventó un fin de año con sobras de la nevera; Eva Amaral se marca unos fideos con almejas; Lichis, de la Cabra Mecánica, unos pimientos rellenos y Xoel Deluxe, unas almejas a la marinera.

Algunos como Los Planetas (patatas a lo pobre al caldo de pipirrana) o Fortu, de Obús (lubina al horno sobre cama de pochas y boletus) demuestran buenas artes culinarias. Otros han tenido que recurrir a la socorrida llamada de teléfono a mamá. Como Rosendo: "En casa no tengo ni microondas, así que suelo bajar al bar de abajo a comer. Mi madre vive en un pueblo de La Mancha y cada vez que voy a verla me traigo unos botes de pisto. Cocinar no va conmigo, pero he visto que soy capaz".

Otro clásico, Johnny Cifuentes, de Burning, reconoce que sólo pisa la cocina para coger una cervecita. "Si estoy 15 días solo en casa me hago una tortillita francesa o algo precocinado. Pero mi nena es una arguiñana". Con ella firma unas costillitas al Jack Daniel's. "Son muy fáciles de preparar: pones las costillas y le echas un chorro de jack. Lo metes al horno y, mientras se hace, te enchufas un cigarrito".

Carlos Tarque, de M-Clan, tiene buena mano con los fogones: "No es que sea un chef... Es que vivo solo desde los 18 años. Ahora tengo 39, así que sé hacer unas cuantas cosas". Su plato es un arroz jambalaya, guiso de Nueva Orleans inspirado en una vieja canción country. "Es como una olla gitana, o las migas. Antes era comida de pobres porque le echaban lo único que había en la despensa y ahora lo sirven en los mejores restaurantes".

La autora jura y perjura que para el libro, no hubo que tirar ni un plato a la basura. Y conserva buenas anécdotas: "A Rubén, que hizo unas lentejas a la Creedence se le olvidó ponerlas a remojo el día anterior. Y lo oíamos dar gritos desde la cocina. Al final nos comimos el guiso de setas Harrison, cocinado por el otro Pereza, Leiva".

Johnny Cifuentes, ante su plato de costillas al whisky, y Eva, de Amaral, con las manos en la masa.
Johnny Cifuentes, ante su plato de costillas al whisky, y Eva, de Amaral, con las manos en la masa.S. ÍÑIGUEZ
Portada del libro.
Portada del libro.

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