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Reportaje:MODA

El color al final del túnel

Ana González debuta en Cibeles tras la ruptura de Locking Shocking con una colección que augura un futuro luminoso

Aurora Intxausti

Las concesiones al color han quedado reducidas a la nada. El negro, tonalidad elegida por Ana González, es fiel reflejo de la etapa de oscuridad en la que ha estado inmersa la diseñadora, que ahora, después de 10 años trabajando bajo la firma Locking Shocking, suelta amarras y decide emprender una nueva aventura en solitario. Presentó ayer en Cibeles 35 modelos como Ana Locking.

Minutos antes de que la diseñadora madrileña pronunciase la palabra mágica, "¡adelante!", en el backstage, el revuelo era de locura. En ese escaparate de nervios, carreras, telas, zapatos y tocados se concentraban varios meses de trabajo de una mujer que decidió apostar por la moda tras la ruptura personal y económica con su socio, Óscar Benito. Atrás quedanlas ilusiones compartidas de dos licenciados en Bellas Artes que apostaron pasiones artísticas.

Ahora, Ana González renuncia al prêt-à-porter y apuesta por el trabajo a medida -con una colección autobiográfica-, accesorios y joyería: "Soy incapaz de mostrar sólo trapos. Los trajes que he presentado son reflejo de un sentimiento artístico más definido, una imagen más contundente de lo que quiero hacer en el futuro. Han sido meses oscuros, que he tratado es descubrir la luz".

No puede evitar, y tampoco quiere, que sus creaciones estén íntimamente relacionadas con el arte. Las estructuras que ha creado para muchas de las piezas se asemejan a esculturas, los volantes que intercala en los vestidos tienen cierto aire español.

La colección de Ana González está colgada desde primeras horas de la mañana en las perchas, cada pieza tiene colocadas alrededor una serie de fotografías de cómo deben ir los modelos desde la cabeza a los pies. Todo está perfectamente ordenado. Desde los espectaculares zapatos de Úrsula Mascaró hasta los tocados de Mabel Sanz. El orden es absoluto y nada queda a la improvisación o al menos de eso se trata. Dos horas antes del desfile, la diseñadora charla con los encargados de la iluminación y repasa toda la agenda. La música, electrónica con tintes clásicos, está preparada. Cada movimiento, estudiado.

Queda media hora y llegan al backstage las vestidoras. Observan a las modelos, analizan las distintas piezas de vestuario y colocan los vestidos en el lugar preciso. La cuenta atrás ha comenzado y cinco minutos antes de la hora de salida, el revuelo es absoluto. Todos están perfectamente vestidos. Los 18 modelos y Ana González caminan hasta el lugar desde donde ella dará la palmada de salida. Ha llegado la hora y de sus labios sale la palabra: "¡adelante!". "Es el momento de más adrenalina y de mayor emoción que he podido llegar a sentir". El espectáculo ha comenzado y la puesta en escena es una realidad. Ana González muestra una colección dividida en tres partes que va avanzando por distintas culturas, un intento de la creadora de definir el mundo en el que quiere moverse.

Propuestas de Ana Locking.
Propuestas de Ana Locking.EFE

EL PERSONAJE. La pasarela minuto a minuto

El histórico Pepe Reblet, creador del único portal español de moda en Internet (www.centromodaonline.com) fue nombrado ayer director de la Latinoamérica Fashion Week, una plataforma en expansión para la moda de la otra orilla. La Semana Internacional de la Moda de Madrid (SIMM), que integra Cibeles, ha reconocido así a este trabajador nato. Su portal ha sido la contribución definitiva para colocar Cibeles en la Red.

LOS ZAPATOS. Las modelos sufren por los pies

En esta edición se han visto algunos zapatos que se han apuntado a una moda que llega de Italia: cubrir con piel la plataforma delantera del zapato. Esta técnica requiere reformar una pieza de acero que llevan todos los zapatos y que sirve para unir la pala con el tacón. Algunos fabricantes no han adaptado la pieza, lo cual está suponiendo un drama para las modelos. Por el dolor y por los tropezones, dicen.

LA 'FAUNA'. Turbante y cintura marcada

La pasarela es un escaparate para el diseñador. Pero hay otra pasarela alternativa, que no deja de ser otro escaparate: el de la gente que se pasea por allí. Y que quizá por el contexto le anime a ser más osada. Así que en este Cibeles se han puesto en práctica algunos turbantes lanzados por Prada. Mucho vaquero, algunos de cintura alta y marcada, en la línea de la propuesta de Dior, y con un reloj a modo de hebilla.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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