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Reportaje:Talentos

El empeño de transformar a Bowie en libro infantil

Un artista lucha por ilustrar el clásico 'Space oddity'

Las formas de darse a conocer y de utilizar Internet, las redes sociales y el boca a boca cibernético para agigantar el proceso creativo son casi infinitas. En esta ocasión, la receta que nos ocupa contiene unos ingredientes en continuo cambio que generan un aliciente añadido de suspense que nunca está de más cuando uno pretende hacerse oír lo más alto posible. Hablamos de una estrella del rock, de uno de sus temazos clásicos, de un libro infantil, un ilustrador prácticamente desconocido para el gran público, una descarga gratuita, un correo electrónico de advertencia sobre derechos de autor y, sobre todo, de una esperanza.

Todo empezó en Canadá, así que, al menos, esta es ya una historia que ha logrado cruzar el charco, aunque también podría decirse que se forjó en el espacio exterior. Sus protagonistas son un joven diseñador e ilustrador canadiense de 25 años llamado Andrew Kolb y su obsesión por la canción de David Bowie Space oddity, un tema clásico del cantante británico que narra la historia de un astronauta perdido en el universo. "Elegí Space oddity porque siempre ha creado unas imágenes muy claras en mi mente. Lo que se ve en el libro que he creado es muy, muy parecido a lo que aparece en mi cabeza cuando la escucho". Desvelado el secreto. Kolb sintió la necesidad de traducir a dibujos la letra y la música de esta canción de 1969 que pese a su contenido dramático fue utilizada por la BBC durante la retransmisión de la llegada del hombre a la Luna.

"La canción crea imágenes claras en mi mente", dice Andre Kolb
"Lo único que pido es que mi trabajo se comparta lo más posible"

Una vez traspasada la partitura al papel y los colores, apareció la esperanza de poder ver convertido su trabajo en un libro físico que alguna editorial quisiera publicar. Su mayor problema era que no contaba con los derechos de los versos de Bowie. "Por el momento no tengo el permiso de David Bowie para utilizar sus letras, este es el motivo por el que simplemente ofrezco mi libro gratuitamente en un archivo pdf como una forma de compartir mi trabajo y mi amor por esta canción". Esto era lo que contaba Kolb a EL PAÍS ayer por la mañana. Unas horas más tarde, y como en la canción de Bowie, la comunicación con el autor del libro se cortó y solo pudimos contar con su último mensaje lanzado al ciberespacio desde su cápsula espacial de Twitter: "He recibido un e-mail reclamando los derechos de la canción. No era el contenido que yo esperaba. Descarga gratuita suspendida hasta que pueda aclarar todo esto".

Puede que ese correo recibido por el artista fuera tan solo una broma de mal gusto de algún envidioso o tal vez los dueños de las palabras de Bowie (EMI) hicieran valer realmente sus derechos ante la publicidad conseguida por la historia de Kolb en varios medios internacionales y en las redes sociales. Lo que sí es seguro, o al menos eso dice él mismo, es que las intenciones del dibujante siempre han sido buenas y sin ánimo de lucro. Le preguntamos qué esperaba de un trabajo tan especial, delicado y bonito: "No estoy muy seguro de eso. Lo que uno quiere y lo que uno necesita son dos cosas muy diferentes. Estoy en el proceso de hacer de este proyecto un libro físico, pero mientras tanto no puedo aventurar, ni siquiera pensar, en una cantidad de dinero. Creo que lo importante aquí es el apoyo, los cientos de correos amables y cariñosos que estoy recibiendo. Lo único que pido a todo el que vea y se descargue el trabajo es que lo comparta lo más posible. Si los ojos correctos ven estos dibujos, las posibilidades de que se convierta en realidad serán mucho mayores".

Ayer por la tarde, en la página www.kolbisneat.com donde el ilustrador ofrecía su trabajo, todas las referencias a las letras de Bowie habían sido pixeladas convenientemente dejando ver tan solo los dibujos. El mismo autor se disculpaba por esta odisea en la que se ha transformado su obsesión bowiniana.

Puede que la viralidad del trabajo de Kolb no haya llegado a los "ojos correctos" tales como los de algún filántropo, club de fans, amigo directo del cantante o del propio Bowie, capaces de transformar la cruda realidad del amor por el vil metal en un final de película.

Sin embargo, la calidad de sus dibujos y la efectividad de su trabajo (es impresionante leer el libro a la vez que se escucha la canción), así como su destreza en las redes sociales han logrado darle una publicidad impagable. "Ha sido muy placentero realizar estos dibujos, aunque también muy laborioso. Hay que lograr convertir las imágenes para hacerlas navegar en un libro. Empecé con bocetos básicos de todo para hacerme una idea completa del libro. Cuando ves algo en su conjunto aunque sea de forma deslavazada es cuando realmente todo cobra sentido", explica Kolb.

Tal vez también vio su aventura en su conjunto desde un principio y próximamente veamos en las estanterías de las librerías impresa su odisea espacial.

Dos de las ilustraciones y versos de la canción <i>Space Oddity. </i>Abajo, la portada del prototipo creado por Andrew Kolb.
Dos de las ilustraciones y versos de la canción Space Oddity. Abajo, la portada del prototipo creado por Andrew Kolb.

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