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Reportaje:Diseño

La etiqueta no es lo importante

Muji, empresa de "productos de calidad sin marca", inaugura en Madrid su tercera tienda en España

Ana Pantaleoni

Entran en las casas. Radiografían las habitaciones. Sacan fotografías de las botellas desordenadas en los estantes del baño. Los CD que se desparraman por la sala de estar. Las llaves, tiradas en el sofá. Las gafas, ni se sabe.

Antes de diseñar, Muji investiga. Entra en la casa de sus futuros clientes y pregunta qué necesitan. Muji (abreviatura de Mujirushi Ryohin, "productos de calidad sin marca") es una empresa japonesa que vende todo tipo de objetos, desde libretas a sofás, con diseño sencillo y funcional a un precio asequible. Su última aventura, diseñar casas. En España cuentan con dos tiendas en Barcelona y abren en Madrid, en la calle Fuencarral, antes de Navidad. "Empezamos hace 27 años en un supermercado de Tokio con unos 40 productos. Ahora vendemos más de 6.000 clases de objetos en 392 tiendas en todo el mundo". Lo dice Shoji Ito, director creativo de Muji Europa. Ito ha trabajado durante años dirigiendo el equipo de Muji en Japón y es responsable de algunos de sus productos estrella. En las épocas de mayor trabajo, el equipo de Ito, compuesto por unas 40 personas, diseñaba 8.000 productos al año, 4.000 de los cuales no salían nunca al mercado.

Primero investigan, buscan la idea, analizan los materiales, establecen el proceso y deciden el embalaje, siempre sencillo. Ito, invitado por la Fundación Barcelona Centro de Diseño en el Caixaforum, demostró ayer que su empresa se guía por el sentido común: una lámpara de paseo, una salsera que no gotea, un lector de CD que se cuelga en la pared y una lámpara con plato incorporado para dejar las gafas son algunos de los productos que mostró. "En 2000 el crecimiento de la empresa se ralentizó. Surgieron nuevos competidores, tuvimos que aumentar el número de productos y eso provocó la falta de detalle. Para salir de la crisis decidimos escuchar a los consumidores y abrimos una página en Internet. La respuesta al diseño está in situ, en sus casas", explica el diseñador. Un hit parade fueron las botellas de plástico con dosificador. "Vendimos 500.000 botellas en un año". Muji tiene una política corporativa: no revela los nombres de sus diseñadores; lo que importa es el producto. La empresa cuenta con un consejo asesor formado por profesionales muy conocidos, como Naoto Fukasawa y Yohji Yamamoto, que controlan que los nuevos diseños se mantengan fieles al concepto Muji. "Cuando coges el autobús y te das cuenta que la persona que está a tu lado lleva la misma chaqueta con la misma marca, da un poco de vergüenza. Es imposible que eso te suceda con Muji", asegura Ito, ya que los productos no llevan la etiqueta.

Ikea es uno de los competidores. "Esta empresa se está haciendo muy grande, pero tienen política diferente. Muji quiere llevar a cada país productos que no existen". La compañía, que cotiza en la Bolsa de Tokio y tiene más de 3.000 empleados, fabrica en todo el mundo aunque en los primeros puestos del ranking está China, donde sobre todo hacen ropa; Malasia, para fabricar muebles, y Japón, donde se hacen los objetos de plástico y papelería. Para Ito, no importa que se trate de un coche o un bolígrafo, lo importante es el diseño. "Queremos seguir creciendo, así que cuando tengan una idea, díganlo por favor".

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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