_
_
_
_
_
Reportaje:Diseño

Nueve grados de comodidad

Una nueva y revolucionaria silla demuestra que el ingenio sigue siendo la clave

Anatxu Zabalbeascoa

Olvídese de inclinarse hacia atrás. Su espalda le pide que lo haga hacia delante. Con una inclinación de nueve grados, se endereza la pelvis, no se fuerza la columna vertebral, se incrementa la actividad muscular en la región abdominal y se activa la circulación de la sangre. Edward Barber (Shrewsbury, 1969) y Jay Osgerby (Oxford, 1969) están dispuestos a que nos sentemos bien en todas partes. No solo en la oficina. Para eso han ideado la butaca Tip Ton, de una sola pieza, de plástico (polipropileno), económica, duradera (no precisa mantenimiento) e... inclinada hacia delante gracias a unos patines de poliamida al final de sus patas.

Aunque puede emplearse para estudiar, no se trata de una silla de oficina. Funciona sin engranajes. Y su productor, Rolf Fehlbaum -propietario de la empresa Vitra- asegura que es "prácticamente indestructible, además de reciclable en su totalidad". En las grandes empresas del sector del mueble ya no sirven las formas. El ingenio es la clave de los nuevos productos. Y la polivalencia de las butacas en los diversos ámbitos (de las bibliotecas a las cafeterías), la especialidad del legendario dueño de Vitra, propietario de los derechos de Verner Panton y de los Eames en Europa.

Al igual que las mecedoras de antaño, o que las butacas de oficina que anuncian que cuidan la espalda, esta silla permite un balanceo saludable - que aumenta el flujo de oxígeno en el organismo y por eso favorece la concentración-. Pero al contrario de las otras butacas, ésta es además apilable. Y discreta: convive con los muebles interiores y exteriores de una vivienda o de un hotel. Parece que llega para quedarse. Algo así fue lo que Fehlbaum les pidió a sus autores: "Hagámosla lo más tranquila posible".

Más allá de que queden ideas -que Fehlbaum sabe encontrar y su gran competidor, Giulio Capellini, sabe inventar- la producción de sillas como la Tip Ton genera un clima optimista en el sector del mueble. Es la primera vez que sus dos autores Barber y Osgerby, que se conocieron como estudiantes del Royal College of Art y trabajan en Londres, diseñan para la alemana Vitra. Empiezan buscando cambiar las normas. Piensan que se debe creer en el diseño basado en la experiencia. Y consideran que las aulas son el mejor lugar para predicar. Están convencidos de que la educación moderna requiere muebles nuevos que reflejen un nuevo dinamismo a la hora de aprender.

La butaca <i>Tip Ton, </i>inclinada de nueve grados hacia delante.
La butaca Tip Ton, inclinada de nueve grados hacia delante.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_