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Un 'grafitero' infiltrado en la corte del lujo

Los imaginativos escaparates de un estudiante español en Londres

Marcos Villalba entra en la elegante tienda de Louis Vuitton en Londres ajustándose la gorra, con los cascos del iPod al cuello y los pantalones caídos. Los empleados se acercan y le saludan sonrientes. Pero este madrileño de 27 años no es un comprador habitual de Vuitton, es el autor de los escaparates que se exhibirán estas navidades en las 370 tiendas que la firma de lujo tiene repartidas por el mundo.

En Louis Vuitton buscaban nuevas ideas para presentar sus tiendas esta temporada y para ello decidieron convocar a los estudiantes de la prestigiosa escuela de diseño Saint Martins, de la que han salido nombres como John Galliano y Alexander McQueen. Villalba y su compañero de curso Chris Lawson fueron los ganadores de esta iniciativa, con Latitude 48.914 / Longitude 02.286, un proyecto que reproduce las coordenadas donde se encuentra el histórico taller de Vuitton en Asnières, Francia. Es el comienzo de un viaje imaginario, que se hace, claro está, con exquisitas maletas de Vuitton.

Villalba, que confiesa un pasado de grafitero ("ahora sólo pinto cuando estoy borracho y me encuentro con firmas mías en lugares que no recuerdo"), se vio de repente compaginando su vida de estudiante con noches de fiestas exclusivas y fotos para el Vogue británico. El día de la inauguración de los escaparates tuvo que salir a comprar unos zapatos más apropiados que sus zapatillas de deporte. "Es un poco esquizofrénico", comenta. "Estuvimos en Nueva York, en restaurantes increíbles, volamos en primera clase, y cuando regresamos a Londres volvimos al piso de Chris (Lawson), que forma parte un enorme edificio de viviendas sociales, en una zona complicada de Londres".

Villalba es licenciado en Comunicación Audiovisual de la escuela de Ciencias de la Información de Madrid, y su silencio ilustra perfectamente su opinión sobre esta carrera. Cuando terminó se trasladó a la capital británica para estudiar un curso de diseño gráfico en Saint Martins. Tras unos meses trabajando en Turín en la agencia de Armando Testa, volvió de nuevo a Saint Martins, para comenzar una licenciatura. En esta escuela encontró la plataforma perfecta para desarrollar su trabajo. "Mucha gente piensa que el diseño gráfico sólo se centra en ordenadores, y no va todo de jodidos ordenadores. En Saint Martins no se preocupan tanto de la parte técnica, están en el mundo de las ideas". Y viviendo en la capital inglesa encontró mucho material con que alimentarlas: "El diseño es mejor en una ciudad suiza, por ejemplo. Pero aquí hay exposiciones, conciertos, mezcla de culturas. Eso proporciona inspiración. Un diseñador no debe restringirse a inspirarse exclusivamente en otras obras. Por ejemplo, escucho mucho rap y las portadas de sus discos son horribles, gráficamente hablando".

A Villalba le atrae el diseño "sutil y poco obvio, algo que es difícil de encontrar en España. Hay una tensión entre lo excesivamente moderno, lo brillante, lo nuevo y lo impuesto y un estilo retro casposo que me pone muy nervioso. Han quitado los azulejos típicos del metro de Madrid y los sustituyen por relucientes planchas de metal. Pero en las entradas a las estaciones instalan unas rejas que reproducen diseños antiguos, y eso en zonas de edificios de nueva construcción". Villalba terminará su licenciatura el junio próximo y todavía no tiene muy claro hacia dónde quiere dirigirse. "Me gustaría probar un poco de todo. Quiero quedarme un tiempo fuera de España y formarme. Cada vez que vuelvo a casa intento buscar mi sitio, pero todavía no lo he encontrado".

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