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Reportaje:moda

Los tacones se apean del andamio

Claves para calzar 'kitten heels', inesperados y realistas zapatos de la temporada

Tras temporadas en las que todo valía, los kitten heels vuelven con aires de bálsamo. Entre bailarinas y tacones delirantes.

- ¿Qué? Los tacones de gatita miden entre tres y cinco centímetros. A pesar de estar casi a ras de suelo, se los considera stilettos, porque, aunque corto, su tacón es fino. No renuncian a su naturaleza sexy, más bien le echan un pulso.

- ¿Dónde? Nacieron en los cincuenta como una especie de tacones aptos para menores, a modo de entrenamiento para el paso de niña a mujer. A partir de los sesenta se amplió la horquilla de edad, encontrando en Audrey Hepburn su gran valedora. Luego caerían en un olvido del que los rescató la revisión que en los ochenta se hizo de los cincuenta. A principios de este siglo volvieron a asomar la punta bajo los trajes de chaqueta. Discretos, ahora formaban parte del atuendo laboral.

- ¿Por qué? Ahora que la crisis todo lo explica, hay quien no ha dudado en considerar los kitten heels como un indicador más de la economía. Los taconazos han agotado su crédito y los taconcitos serían el triunfo del calzado realista en tiempos inciertos. ¿Y si aquí la teoría definitiva fuera, simplemente, la teoría del sentido común? Los kitten heels son el último grito porque todo lo que sube, baja.

- ¿Cómo? Chicho Gavela, estilista y socio fundador de la tienda Lovedispensary (Madrid), encuentra en el juego de referencias una buena manera de demostrar por qué se ha optado por este zapato. "Lo mejor es llevarlos con prendas que recuerden a su pasado. Faldas de vuelo (años cincuenta), pantalones capri (sesenta) o pitillos (ochenta)", explica.

- ¿Vale la pena? Las ventajas para la salud de apearse de unos andamios son obvias. Pero los kitten heels no dejan de ser unos stilettos a escala. Sin embargo, todo lo que pierden en ferocidad lo ganan en coquetería. "Para mí, no son sexys, son monos. Los considero la chica de al lado de los tacones", cuenta el diseñador Stuart Weitzman. Aunque quizá vaya siendo hora de que asociemos una imagen a esta cuestión de centímetros: concretamente, la que inmortalizaba a doña Letizia y a Carla Bruni subiendo las escaleras de La Zarzuela. La Princesa con plataformas, la primera dama con el tipo de zapato que nos ocupa. Las que verdaderamente salen beneficiadas de los kitten heels son las mujeres altas con maridos bajitos.

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