_
_
_
_
_
Reportaje:diseño

¿Hacia dónde van los objetos?

Gijs Bakker, 'gurú del diseño', desgrana el presente y el futuro del mobiliario

Tachy Mora

Gijs Bakker y Renny Ramakers fueron los impulsores en los noventa en Holanda de una influyente forma de diseño industrial. Tanto, que aún hoy continúa sin relevo. Quince años después de la fundación de Droog Design, la huella de sus planteamientos eclécticos, interactivos y emocionales se percibe con claridad en los diseñadores de más rabiosa actualidad. La celebración del mes del diseño holandés en Madrid ha traído a Gijs Bakker a que pisara por primera vez la ciudad. Pocas personas son acaso más capaces para detallar los derroteros por los que discurre el diseño últimamente y amenaza con hacerlo en el futuro.

"Crear cosas que enamoren para siempre es un modo de sostenibilidad"

- Interés por lo artesano. La atención se centra en los materiales y procesos artesanales. Para Bakker, "los diseñadores tienen hoy una gran curiosidad por las técnicas antiguas, aprendidas en los libros y, por tanto, nunca experimentadas con las propias manos. Se trata de una generación que piensa a través de esos procesos artesanos. No es una manera de diseñar imitando lo manual sino utilizando sus planteamientos para generar algo nuevo".

- Sostenibilidad sí, pero humana. ¿Cómo se puede hacer un objeto sostenible? Fomentando su durabilidad. Pero no sólo en términos de uso óptimo. "En Droog estamos más interesados en la sostenibilidad humana que en la productiva. Pensamos que los productos no pueden ser objetos de usar y tirar sino que deben durar toda una vida. ¿Cómo? Con objetos ricos en significados, que enamoren a la gente para toda la vida. Esto es una manera también de sostenibilidad".

- Apuesta por la expresividad. "Los productos para el uso diario cada vez se hacen más expresivos", dice. Es interesante ver cómo los objetos tienden a huir de la homogeneidad reclamando un alma, un significado poético.

- Experimentar, mucho. "Es la manera de llegar a algo nuevo y de no repetir siempre lo mismo una y otra vez", dice Bakker. Sin duda, una de las grandes máximas del movimiento Droog. De esas que han calado entre los diseñadores actuales. Y quizá la gran brecha con la generación de diseñadores precedente, que no termina de entender por qué jóvenes como Maarten Baas, un pupilo de Droog, queman lámparas y sillones y los untan con resina para poder ser usados sin que se rompan.

- Los nuevos talentos. Bakker termina reconociendo el empuje de los jóvenes. Últimamente le ha cautivado su compatriota Joris Laarman, que ha creado una silla mezclando tecnología por ordenador y técnicas artesanas a partir de un software sobre el crecimiento de los huesos. Se llaman Bone y es lo "más vanguardista" que jamás ha visto.

Lámpara Chandelier 85, de Droog Design.
Lámpara Chandelier 85, de Droog Design.ÁLVARO GARCÍA
Silla Bone, de Joris Laarman.
Silla Bone, de Joris Laarman.ÁLVARO GARCÍA

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Tachy Mora
Escribe desde 2006 en EL PAÍS Semanal sobre diseño, interiorismo y arquitectura. Periodista y comisaria de exposiciones, interesada especialmente en las nuevas tendencias, estilos de vida e hibridación entre disciplinas. Autora de libros y exposiciones como ‘Artesanía Española de Vanguardia’ y ‘Escenarios de un Futuro Cercano’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_