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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Allen Carr, creador de un famoso método para dejar de fumar

Estableció una red de 60 centros de terapia para combatir el tabaquismo, el alcoholismo o el miedo a volar

Fernando J. Pérez

Tal vez sus métodos no contaran con la simpatía de toda la comunidad médica, pero no puede negarse que Allen Carr supiera por experiencia de lo que hablaba. Antes de convertirse en un gurú para millones de personas que querían dejar de fumar, este contable londinense consumía más de 100 cigarrillos diarios en su trabajo y había intentado abandonar el tabaco en multitud de ocasiones. Su último cigarrillo lo fumó el 15 de julio de 1983. "Tenía adicción física y sufría frecuentes ataques de bronquitis, asma y tos del fumador. La mañana que lo dejé, un ataque de tos me hizo sangrar por la nariz. Cuando terminé de sangrar cogí otro cigarro. Entonces Joyce vino a ver por qué no iba al trabajo. Se encontró un espectáculo patético: la sangre caía sobre el cigarrillo que me colgaba de los labios", relató Carr en su última entrevista al Daily Mail, el pasado 14 de agosto, apenas tres semanas después de que los médicos le diagnosticaran el cáncer de pulmón que ayer, a las 6.25, acabó con su vida. "Si no hubiera dejado el tabaco llevaría muerto 20 años", aseguró entonces.

Para abandonar la nicotina, Carr, que había visto fallecer de cáncer a su padre y a su hermana mayor, ambos fumadores, se lanzó sobre un manual médico sobre bioquímica del tabaquismo. "Comprendí que cuando la nicotina abandona el cuerpo se crea un sentimiento de vacío e inseguridad, que desaparece cuando enciendes otro cigarrillo. Una vez que se explica al fumador que el tabaco no produce placer sino que promueve un sentimiento negativo cuando no se fuma, y éste lo acepta, la mayoría encuentra relativamente fácil dejarlo", afirmaba Carr.

Poco después de hacer este descubrimiento, Allen Carr comenzó a compaginar la contabilidad y la asesoría financiera con la enseñanza de su método en sesiones individuales. Su primer cliente fue un pinchadiscos de la BBC a quien cobró 30 libras (44 euros).

En 1984, ante los éxitos logrados, decidió centrarse en el método Easyway para dejar de fumar. Carr abrió su primera clínica al suroeste de Londres, cuyas experiencias le sirvieron para publicar en 1985 el libro The Easy Way to Stop Smoking, del que se han vendido siete millones de ejemplares. En España, este volumen, traducido como Es fácil dejar de fumar si sabes cómo, se publicó en 1999 y se han lanzado 49 ediciones.

Con el tiempo, el radical método de Carr, basado en la experiencia de terceras personas y en la muestra cruda de los problemas de salud que genera el tabaquismo, se ha implantado en 60 clínicas de 30 países diferentes, con terapeutas que han recibido formación por el propio Carr. Sólo en el año 2005, más de 45.000 personas recibieron charlas para dejar el tabaco, según la empresa Allen Carr's Easyways, fundada por el fallecido. De ellos, sólo el 10% reclamó que se le devolviera el dinero por haber recaído en el vicio. Actualmente, los tratamientos en España con el método de Carr cuestan hasta 300 euros.

Ante el éxito del programa Easyway, la British America Tobacco, la tercera tabacalera mundial, con sede en Londres, "intentó comprar el apoyo de Carr a sus supuestos esfuerzos para hacer que los fumadores dejen el tabaco", según la empresa. El fallecido "rechazó la oferta a pesar de que significaba dar la espalda a una suma enorme de dinero", explicaba ayer la compañía de Carr en el comunicado en que informaba de la muerte de su fundador.

Allen Carr extendió su método contra el tabaco a otros ámbitos. Así, creó métodos Easyway específicos para combatir el alcoholismo, el miedo a volar o la falta de voluntad ante una dieta. "Hoy es un día muy trágico y emotivo para todos los que estamos en la organización de Allen Carr, ya que la mayoría de nosotros, como ex fumadores, le debemos la vida", afirmó ayer John Dicey, director mundial de Easyway.

Allen Carr, casado en segundas nupcias con su mujer Joyce, que le sobrevive, deja cuatro hijos, dos hijastros, 11 nietos y un bisnieto.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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