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NECROLÓGICAS

Mariano de la Cruz, psiquiatra y crítico taurino

El psiquiatra y cronista taurino de La Vanguardia, Mariano de la Cruz Román, murió ayer en Barcelona, a los 77 años de edad, víctima de un cáncer, enfermedad que afrontó con la inteligencia, lúcida ironía y el mismo sarcasmo con que ayudó a tanta gente a sobrevivir y a muchísima más a divertirse y cultivarse en su compañía. Dictó sus memorias -un testimonio nada inocente de medio siglo de medicina y vida cultural catalana, con miradas al mundo de los toros y a la gran gastronomía- y este pasado fin de año jugaba con darle al libro este título: Mens sana in corpore insepulto.De la Cruz, en la última vuelta de su camino de curioso humanista, confesó a su colega Colau Llaneras: "Sigo visitanto enfermos porque no quiero ir muriéndome en solitario". Aún más republicano, laico, socialista que siempre, el doctor parecía ya una cabeza parlante con escasa voz. Seguía atento a todo y a todos, enmurallado en su cama por centenares de libros recientes y otros pocos inolvidables clásicos que cincelaron una vasta cultura. Actor frustrado, no temía declamar Ofelia ante Rosa Maria Sardà.

Desde sus comentarios taurinos fue una de las plumas más leídas en la revista Destino de Barcelona y en el diario Informaciones y Hoja del Lunes, de Madrid, en las décadas de los sesenta y setenta.

Sus tertulias y sus cenas -fue generoso, discreto y noctívago- fueron frecuentadas por muchos artistas y escritores. En especial tuvo un íntimo interlocutor: Néstor Luján. Casado con Madol Coma, tuvo dos hijas y cuatro nietas. El viernes será enterrado en Barcelona.-

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