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Reportaje:

Cher: "Soy vieja, pero soy dura"

La cantante, de 62 años, arrasa con su espectáculo en Las Vegas

Sólo había un lugar en toda faz de la Tierra en el que la cantante más extravagante del mundo podía poner punto final a su carrera. Cher nació para cantar en Las Vegas, y Las Vegas se construyó, entre otras cosas, para que artistas como ella se dieran a los placeres de la extravagancia en los escenarios de sus casinos. La semana pasada, Cher comenzó una andadura de tres años entre las columnas de cartón piedra del Caesar's Palace, un casino que rememora, al estilo hollywoodiense, los grandes templos del foro romano.

Con 62 años y huyendo de una depresión que la ha mantenido alejada de escenarios y estudios de grabación desde 2005, Cher ha decidido embarcarse en una titánica aventura de 200 conciertos en Las Vegas. "Soy vieja, pero soy dura", dijo después de abrir el espectáculo con una versión electrónica del éxito de U2 I still haven't found what I'm looking for. La diva entre las divas comenzaba así un paseo por 44 años de carrera, recordando éxitos de su etapa con su fallecido ex marido Sonny Bono; temas de aquella era rockera en la que se subía a las cubiertas de los portaaviones vestida con un ceñido traje de cuero en forma de uve, y, por supuesto, los grandes himnos de las pistas de baile que la resucitaron para los jóvenes de todo el mundo en 1998. Se cambia de vestido hasta 15 veces, atreviéndose con los diseños más imposibles y las pelucas más surrealistas. "No hay trucos", dijo la diva antes de desaparecer tras una bruma de humo de discoteca. "Este espectáculo soy yo, amplificada".

Cher, en Las Vegas.
Cher, en Las Vegas.

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