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Duelo de divas en el corral de los premios Grammy

Beyoncé se llevó seis trofeos y Lady Gaga triunfó con sus modelos

Otro año más, otra entrega de gramófonos dorados. La 52ª edición de los Grammy concentró el domingo (madrugada del lunes en España) en Los Ángeles a las estrellas de una industria discográfica que lo hace todo por sobrevivir en tiempos de piratas. Beyoncé se llevó el gato al agua con seis premios, el mayor número de trofeos conseguido nunca por una cantante, mientras la mosquita muerta del country, Taylor Swift, se llevó a la chita callando otros cuatro gracias a Fearless, el álbum más vendido de 2009 en EE UU. Sin embargo, si alguien dio la nota ésa fue Lady Gaga. La proclamada reina de la música de baile sólo obtuvo dos galardones y uno ni lo recogió porque se daba fuera de las cámaras. Ella tuvo suficiente con acaparar todas las miradas. Como dijo la nueva diva Ledisi, "soy una gran fan de Beyoncé pero no puede esperar a ver a Lady Gaga". No defraudó. En plena temporada de galardones, y cuando parece que hemos visto de todo en la alfombra roja, la camaleónica Lady Gaga llevó a sus seguidores a otro universo. El planeta Gaga se hizo realidad en un modelo futurista de ingeniería diseñado por Giorgio Armani Privé, que además de estar lleno de órbitas y cristales que desafiaban las leyes de la gravedad vino con su propio Spuknik en la mano. Otra diva como Mary J. Blige no pudo evitar su asombro cuando exclamó delante de la cámara: "¡Dios mío, mira a Lady Gaga!".

La cantante 'country' taylor swift consiguió cuatro galardones

No fue una mera anécdota de la alfombra roja al estilo de aquel escotado vestido que hace años lució Jennifer López. El estilo Gaga en los Grammy fue el reflejo del futuro de una industria que para sobrevivir tiene que ser multimedia. Un extra puede ser un cierto sabor teatral, como el que le dieron los chicos de Green Day a su interpretación ganadora de 21 guns con una puesta en escena heredada de su próximo estreno en Broadway de American idiot; circense, como el número aéreo que se montó Pink con su Glitter in the air, o reflejo de las redes sociales, como Bon Jovi cantando la canción que pidieron sus seguidores en Internet.

O simplemente es sabor a moda y exceso por el que tanto se recuerdan las alfombras rojas, ahora también trasplantado a los escenarios para captar adeptos demasiado acostumbrados a bajarse música de forma gratuita.

Un futuro del que participan todas las divas de la canción, porque si Lady Gaga pisó fuerte, Beyoncé no se dejó robar la noche. Lady Gaga se cambió tres veces de modelo -cada uno más aberrante que el anterior-, al igual que Beyoncé, que llegó ataviada con un sensual vestido de color carne diseñado por Stéphane Rolland que marcó todas sus curvas y acabó cantando a cuatro patas en el show con tal de seguir siendo la reina de la canción.

Aunque no sólo de moda viven las divas, porque tanto Beyoncé como Lady Gaga también se dejaron la piel a la hora de cantar desde el escenario. No se puede decir lo mismo de Taylor Swift, la más criticada de todas las ganadoras del Grammy, ya que no actuó. En realidad, eso ni preocupó a esta princesa estadounidense en el centro de su propio firmamento. Ella demostró en todo momento que hay muchas formas de ser diva, y la música puede no ser la principal.

Como recalcó el presentador de la velada, el humorista Stephen Colbert, los Grammy defendieron el derecho inalienable de las estrellas a darse palmaditas en la espalda.

Beyoncé (vestida  de Stéphane Rolland) a la llegada a la gala. Y, arriba, la cantante recogiendo un premio con un diseño de Armani
Beyoncé (vestida de Stéphane Rolland) a la llegada a la gala. Y, arriba, la cantante recogiendo un premio con un diseño de ArmaniREUTERS

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