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GENTE

SALVADOS DE LA CAMPANA

Nunzio Saita, sacerdote de 70 años, responsable de la iglesia de las Santas Almas del Purgatorio de Niscemi, localidad siciliana cercana a Caltanissetta, ha sido condenado a nueve meses de detención por disturbar las relaciones sexuales de una pareja con el sonido de las campanas de la parroquia. El ingeniero Gaetano Gerracea y su mujer, Rocea Sagona, que viven cerca de la iglesia, denunciaron al párroco ya hace cuatro años porque les producía disturbios psicosomáticos, que se reflejaban en la virilidad del marido y provocaban "serias repercusiones en la actividad sexual". El juez y el alcalde dictaminaron en sendas ordenanzas el silencio de los badajos, excepto en las festividades solemnes, sin que el cura hiciera demasiado caso. Ante la recalcitrante desobediencia del párroco, el juez de segunda instancia decidió la detención de Nunzio Salta, al que impuso, además, una multa de ocho millones de liras (unas 700.000 pesetas) por alterar la tranquilidad pública, y encima le confiscó las campanas. El cura, que no irá a la cárcel, ha tenido que dimitir, mientras que Rocca Sagona espera que ahora su marido se vea liberado de los disturbios psicosomáticos, no vaya a ser que lo de las campanas fuera una mera cobertura.-

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