Francisco Javier Bellosillo, arquitecto
Recientemente ha fallecido tras una penosa enfermedad Francisco Javier Bellosillo Amunategui, arquitecto y desde 1972 profesor desde entonces en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.
Fue un arquitecto atípico, que investigó en temas de arquitectura siguiendo siempre una línea personal, de la cual no se apartó, negando cualquier concesión contra sus ideales arquitectónicos.
Premio de Roma en 1974, estudió en la Academia de Roma durante un año, acercándose a su arquitectura. A su vuelta de Roma monta estudio en Madrid junto a su hermano Luis, continuando la tradición cultural marcada por su padre.
Viajó en 1980 a Estados Unidos, siempre interesado en la docencia. Dio clases en las universidades de Columbia, Syracuse, Cornell, Houston y MIT, y también impartió numerosas conferencias y publicó un buen número de ensayos y artículos.
Tras su vuelta a Madrid continuó con su estudio y volvió a la Escuela de Arquitectura como profesor titular de Proyectos Arquitectónicos, y organizó numerosos cursos y seminarios en Europa y Estados Unidos.
Su obra es muy personal. Así, el complejo cultural religioso en Almazán, Soria (1987), es una de sus obras más singulares. Actualmente lo había reestructurado como museo. También se deben recordar obras como el Auditorio y Conservatorio de Música de Majadahonda, en Madrid (1997); la sede de la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA), en Madrid (2003); la reestructuración del Monasterio de Nájera, La Rioja (1987), y el Parque Urbano del Puente de Toledo, Parque Lineal del Manzanares, Madrid (1986).
En construcción o proyecto están el Centro Nacional de Investigación Cardiovascular Carlos III, en Madrid; el Museo de Ciencias Naturales del Alto Duero, en Almazán, así como un edificio de viviendas VPO para la EMV del Ayuntamiento de Madrid, en colaboración con el arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha.
El estudio Bellosillo & Asociados seguirá adelante con todos sus proyectos. Sus colaboradores, y en particular su mujer, Paloma Gómez Marín, mantendrán la impronta marcada por Javier.
Su última exposición De 0, La Mesa Blanca, en la Sala de las Arquerías de Nuevos Ministerios, reunió a 24 arquitectos en torno a una reflexión: ¿qué hay detrás de la figura del arquitecto, de dónde parte para pensar sus proyectos y cuál es su lenguaje?
Sus amigos, alumnos, su mujer y sus dos hijas siempre recordarán la forma de vivir y sentir la arquitectura tan intensa y personal de este arquitecto madrileño, con profundas raíces sorianas, cuyas aproximaciones al preciosismo de Scarpa han dado a su trabajo profundos valores filosóficos y organicistas, que seguirán siendo referentes obligados en la historia de la arquitectura contemporánea.
