Mercedes McCambridge, la voz del diablo

Era una mujer de carácter fuerte, con una voz prodigiosa hecha en los estudios de radio de los años treinta, trabajando con Orson Welles, y en los teatros de Broadway. Estaba tan acostumbrada a cambiar de voz según el papel a interpretar -tenía 55 años entonces- que no le resultó raro que la contrataran para ser el demonio dentro del cuerpo de la niña de El exorcista. Como ella misma contaba, su problema de alcoholismo le había dado matices rotundos a su voz. Lo hizo tan bien que incluso hoy sigue siendo la referencia de la voz ronca. Su trabajo fue tan alabado que le prometieron incluirla en los créditos. Pero el día del estreno descubrió que no lo habían hecho. Con su carácter luchador salió llorando del cine, pero consiguió, a través del sindicato de actores, que obligaran a la productora a incluirla en los carteles.

Había ganado un Oscar en 1949 con su primera película, All the king's men, y fue nominada por Gigante. Escribió dos autobiografías: The two of us, en 1960, y A quality of mercy, en 1981. En 1987 sufrió una terrible tragedia que marcó sus último años: su único hijo asesinó a su esposa e hijos y después se suicidó. Murió el día 2 de marzo, pero no se ha hecho público hasta el día de su cumpleaños, el 17, cuando habría cumplido 86 años.-