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Reportaje:

Obras de Hirst o Emin, a la basura

Grandes artistas donan para una exposición piezas que acabarán en el vertedero

Tan sorprendente se antoja una exposición dedicada en Londres a la destrucción de centenares de obras de arte como la contribución de algunos de los más destacados artistas contemporáneos británicos a tal proyecto. Damien Hirst -autor de cotización estratosférica-, Tracey Emin o el pionero del pop art en las islas, Peter Blake, entre otros, han accedido a donar algunas de sus piezas para participar en la muestra Art Bin. ¿Cuál es la gracia? Que luego todo ese arte va a acabar literalmente en la basura.

"He querido construir un monumento al fracaso creativo", asegura Michael Landy, autor de la instalación que hoy se inaugura en la South London Gallery y que, a lo largo de seis semanas, le permitirá pulverizar en vivo aquellas obras de las que sus autores han accedido a desprenderse. El amasijo resultante irá a parar a un vertedero municipal sin la menor posibilidad de salvación.

"En el basurero no hay jerarquías", ha declarado Damien Hirst. "La obra de un desconocido puede acabar encima de una de las mías, e incluso puede ser que yo no esté de acuerdo en considerar descartable todo aquello que otros tiran. Pero nada es lo suficientemente bueno como para que no tenga cabida allí", afirma Hirst, que es donante de dos de sus conocidas pinturas de cráneos.

El hito en la carrera artística de Landy, de 46 años, se produjo precisamente cuando llenó un almacén de Oxford Street con 7.227 piezas de sus posesiones (Break Down, 2001), que incluían su coche y el pasaporte, para hacerlos trizas. No está seguro de cómo acogerá el público su nueva ocurrencia, aunque le queda el consuelo de que "mucha gente considera que este tipo de arte debería ir directamente a la basura".

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