Tortilla de patata para Obama

Para Barack Obama su paso por el residencial barrio de Hancock Park de Los Ángeles fue otra parada de la media docena de actos programados a su paso relámpago por la costa oeste estadounidense. Para Antonio Banderas fue un momento para recordar. No todos los días tiene uno al presidente de los Estados Unidos a la puerta de su casa. "La verdad es que a corta distancia es lo que parece: encantador, cordial, divertido. Se te olvida quién es", describió el malagueño a este periódico ya recogidos los últimos pétalos de rosa que decoraron esta íntima velada.

No fue lo que se dice una visita sorpresa. A sugerencia de su amiga Eva Longoria, Banderas y su esposa, Melanie Griffith, ofrecieron al presidente la primera gala latina para recaudar fondos en su campaña para la reelección. Un acto privado, pequeño y distendido, poco que ver con la cena formal que le ofrecía horas antes el productor James Lassiter, socio y representante de Will Smith y su familia.

'Suspiros de españa' amenizó la velada para recaudar fondos

Banderas y Griffith prefirieron darle a su huésped de honor un momento de relajo. "Tratamos de retirarnos a un segundo plano, ser discretos y facilitarle todo lo necesario para sentirse cómodo", recordó de una velada de unos doscientos invitados que duró unas cuatro horas.

Con ellos estuvo Longoria, el también actor George López, el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, pero sobre todo empresarios y contribuyentes dispuestos a pagar unos 5.000 dólares por cabeza por la compañía de Obama. Una lista que por supuesto tuvo que ser aprobada por la Casa Blanca.

"Durante una semana estuvimos a disposición del servicio secreto que dictó el protocolo a seguir y las medidas de seguridad", agregó el actor. También fijaron un centro de comunicaciones en la casa, la misma que un par de horas antes de la velada tuvieron que desalojar todos, incluidos Antonio y Melanie, para que los agentes realizaran una última inspección. "Sabíamos dónde nos metíamos y trataron de molestar lo menos posible", compartió el intérprete sin mal sabor de boca. Al contrario. "Esa entrada del coche blindado del presidente en el jardín de mi casa fue alucinante. Todo un recuerdo, especialmente para los niños que podrán decir que conocieron al presidente en casa", revivió el español que, ironías de la vida, no expresará su apoyo a Obama con su voto al no contar con la nacionalidad estadounidense.

"Pero la casa no es solo mía", dijo con un guiño asumiendo que en estos actos no es más que "el consorte". Quizá por ello Obama prefirió hablar con el actor de cine de las buenas críticas recibidas en EE UU por su trabajo en La piel que habito y, por supuesto, de El gato con botas. "Me comentó que sus hijas querían verla en día de escuela pero que hasta el fin de semana no les dejaría ir", añadió.

Como buen cóctel la gala no tuvo un menú específico aunque no dejaron de pasar bandejas con toda variedad de canapés, desde chuletas de cordero hasta tortilla, con pasodobles como Suspiros de España como música de fondo.

Este no fue el primer encuentro del matrimonio Banderas con el presidente, a quien apoyaron en su anterior campaña presidencial. Una foto del matrimonio junto a Obama enmarcada en el salón de su casa así lo demuestra. Ahora tendrán otra que tomó de manera oficial el fotógrafo de la Casa Blanca y donde su propio hogar aparecerá como telón de fondo.

Una noche para recordar donde solo hubo un problema: Antonio tuvo que cancelar su presencia en el Festival de Hollywood donde iba a entregarle un premio de honor a su amigo y compañero en La piel que habito, el compositor español Alberto Iglesias. "No fue cosa del servicio de seguridad sino de tráfico. Los Ángeles estaba colapsada", se disculpó el anfitrión.