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El asesino regresa a la escena

Bertrand Cantat, condenado por la muerte de Marie Trintignant, vuelve a cantar

Antonio Jiménez Barca

Con una camiseta negra, un pantalón vaquero y unas zapatillas, Bertrand Cantat, el cantante de rock francés líder del grupo Noir Désir (Deseo Negro), se subió el pasado fin de semana en Bègles (Gironde) a un escenario por primera vez después de haber salido de la cárcel y cumplir condena por matar en julio de 2003 a su pareja de entonces, Marie Trintignant, en un suceso tremebundo que conmocionó a Francia. "Da gusto encontrarse otra vez con amigos, en casa", dijo cuando cogió el micrófono el cantante, que había finalizado su control judicial el pasado 29 de julio. Después, ante una sala donde se reunieron unas 2.000 personas deseosas de ver otra vez al que en su día fue uno de los más carismáticos cantantes de Francia, atacó tres temas. Después se retiró.

Cantat, nacido en Pau en 1964, fundó el grupo con los amigos del instituto. Después, con su aire a lo Jim Morrison, su amor a la poesía (seguía a Rimbaud, Mallarmé o Lautréamont), su compromiso político muy a la izquierda, sus críticas recurrentes al sistema (incluidas sus propias casas de discos), su ascendente carrera de rockstar imparable, saltó de golpe a todos los periódicos del mundo el 28 de julio de 2003. Por entonces, él y su novia, hija del gigante de la escena y la pantalla Jean-Louis Trintignant y de la realizadora Nadine Trintignant, vivían alojados en el hotel Domina Plaza en Vilnius (Lituania), donde Marie, también actriz, trabajaba, a las órdenes de su madre, en el rodaje de la película Colette. Durante una discusión, Cantat golpeó a Marie varias veces, la empujó hacia una pared con tanta fuerza que la actriz se abrió la cabeza y entró en coma. Así permaneció dos horas sin que Bertrand Cantat pidiera ayuda. Marie Trintignant moriría pocos días después. Un juez de Lituania condenó al cantante en 2004 a ocho años de cárcel por homicidio y por denegar ayuda a un herido. Posteriormente fue extraditado a Francia. En 2007 le fue concedida la libertad condicional tras haber cumplido más de la mitad de la condena en Francia, por buena conducta y su "clara intención de reinserción social". Eso sí: tenía prohibido referirse a Marie o utilizar su nombre en ninguna canción. Desde entonces se ha mantenido oculto, encerrado en su casa de Las Landas. Solo apareció públicamente en el entierro del cantante Alain Bashung, en marzo de 2009. Unos meses antes, con su grupo de siempre, Noir Désir, compuso y colgó en Internet un par de nuevas canciones que, en solo cuatro días, registraron 125.000 visitas en YouTube.

En enero de este año, Cantat estuvo en el centro de otra tragedia: la madre de sus hijos, Kristina Rady, de origen húngaro, se suicidó ahorcándose cuando él se encontraba durmiendo. En todo momento, tras la tragedia de Vilnius, Kristina Rady había mostrado su apoyo a Cantat "sin juzgar, sin tomar partido", según dijo.

Bertrand Cantat, durante su actuación en Bègles.
Bertrand Cantat, durante su actuación en Bègles.AFP

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.
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