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El diamante, la polémica joya de las estrellas

La industria del sector promueve una campaña con actrices de cine para compensar la publicidad negativa

En la ceremonia de entrega de los Globos de Oro en Beverly Hills de la semana pasada, Jennifer López y Beyoncé Knowles aparecían mostrando sus mejores galas y, entre ellas, llamativos anillos de diamantes en la mano derecha. Pero esta circunstancia, como señalaba ayer el diario británico The Guardian, no responde sólo a los dictados de la moda. Ante el inminente estreno de la película Blood diamonds, protagonizada por Leonardo DiCaprio, sobre la guerra civil en Sierra Leona, que señala a los señores de la guerra como los mejores amigos de los diamantes, la industria del sector promueve una campaña con grandes estrellas de cine para compensar la publicidad negativa.

Así, Jennifer López y Beyoncé lucieron los anillos a cambio de 10.000 dólares cada una para acciones de beneficencia de su elección en África. La ceremonia de entrega de los Oscar está a la vuelta de la esquina, y en su alfombra roja las joyas procedentes de contratos de este tipo volverán a aparecer. Según un portavoz de la empresa De Beers, que concentra el 40% de la producción mundial, los diamantes han hecho mucho por África: hospitales, escuelas, carreteras... Y, mientras tanto, Amnistía Internacional (AI) y otras ONG siguen denunciando que los diamantes tuvieron un papel de peso en conflictos bélicos como los de Sierra Leona, Congo o Angola.

En una carta dirigida por AI a la comisaria de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Benita Ferrero-Waldner, la organización defensora de los derechos humanos denunció que, a pesar del sistema de certificación del Proceso Kimberley para eliminar guerras por este motivo, "el comercio de diamantes no se ha reforzado lo suficiente, y diamantes fruto de conflictos siguen circulando".

Lo que propone Alex Yearsley, de Global Witnes, organización que estudia y combate la corrupción en la explotación de los recursos naturales, es que el consumidor exija que los diamantes que compre tengan un origen "limpio", es decir, que procedan de lugares en los que no hay conflictos bélicos que tengan en los diamantes uno de los principales motivos de litigio.

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