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La esposa de Berlusconi ficha a la abogada de Eluana

Veronica Lario prepara su divorcio con una letrada experta en combatir el poder de 'Il Cavaliere'

Desde que Veronica Lario comunicó a través de la prensa a su marido, Silvio Berlusconi, que iba a pedir el divorcio, la pareja no ha vuelto a verse las caras. Es más, cada día están más lejos. Este último fin de semana, mientras Berlusconi acudía a la boda del gobernador del Véneto, Giancarlo Galan, Lario buscaba refugio en Castellaneta Marina, un pueblo costero de Puglia, situado en la suela de la bota, junto a su madre, Flora, su nieto Alessandro y tres guardaespaldas. La revista Oggi ha conseguido las primeras imágenes de Veronica después de que anunciara su decisión. En ellas aparece junto a su nieto, lejos del terremoto desencadenado con sus declaraciones sobre su marido -"frecuenta menores" y "no está bien"-. Desde entonces, ha estado sometida a una fuerte presión y ha buscado el silencio más absoluto. De su divorcio sólo se sabe que será gestionado por María Cristina Morelli, la abogada que inició junto a Beppino Englaro la batalla judicial para que Eluana Englaro pudiera ser desconectada de la máquina que la mantenía con vida. Ella tiene experiencia en batallar contra Berlusconi y los suyos.

Sin embargo, su voluntad de privacidad ha sido ignorada por varias personas cercanas al presidente del Consejo. Primero fue la ultraderechista Daniela Santanche la que acusó a Veronica de estar liada con su guardaespaldas Alberto Orlandi. Algunos diarios reprodujeron sus declaraciones y publicaron unas fotos en las que aparecía paseando por el jardín de su casa, Villa Macherio, vigilada a pocos metros por Orlandi. Pocos días después, Il Cavaliere secuestraba el archivo fotográfico de Antonello Zappadu que contenía las imágenes de las fiestas en Villa Certosa con el pretexto de que "violaban la intimidad".

Lara Comi, de 26 años, recién elegida en las listas del Pueblo de la Libertad como eurodiputada, se encargaba de confirmar esa relación que "muchos conocían". Orlandi, igual que Veronica, ha hecho oídos sordos y ha preferido no desmentirlo oficialmente. Lo que sí está probado es que los Berlusconi eran desde hace años una pareja atípica. Vivían en Milán pero en casas separadas -ella, en Villa Macherio, y él, en Villa Arcore-, nunca se les veía en público juntos y Veronica Lario criticaba con frecuencia al presidente Berlusconi sin tener en cuenta que, al menos de manera oficial, seguía siendo su marido.

Silvio Berlusconi, con una imagen de su mujer al fondo.
Silvio Berlusconi, con una imagen de su mujer al fondo.REUTERS

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