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El lado más romántico de Gordon Brown

Margarita de Rumania rememora su historia de amor con el político laborista

Gordon Brown, guardián de las finanzas británicas durante 10 años y designado por el Partido Laborista como próximo ministro del Reino Unido, también tiene su corazoncito. La princesa Margarita de Rumania, tataranieta de la reina Victoria, rememoraba ayer el romance que mantuvo con Gordon y la amistad que aún le une con él y con su esposa, Sarah Jane Macaulay. La noticia del noviazgo no es exactamente nueva: ya la había revelado el diario The Guardian en un perfil del político laborista publicado en marzo de 2001, en el que discretamente dejaba caer una lista de tres antiguas novias de Brown: Sheena Macdonald, Marion Caldder y la princesa.

El diario ponía entones en boca de la princesa Margarita esta explicación sobre las causas del final de la relación: "Era una historia de amor sólida y romántica. Nunca dejé de amarle pero llegó un día en que ya no me parecía conveniente: todo era política, política, política, y yo necesitaba que se ocuparan de mí". Sus palabras nunca han sido desmentidas.

Ahora, en declaraciones al diario Margarita no se declara sorprendida de que su antiguo novio esté a punto de llegar al número 10 de Downing Sreet: "Todos los que le conocíamos de la Universidad de Edimburgo estábamos convencidos de que así sería, dado su talento".

Aunque Margarita apenas se refiere a su relación con Gordon Brown en sus declaraciones al diario londinense, el recuerdo de aquel romance es extraordinariamente oportuno para un hombre que lucha contra su propia imagen de personaje reconcentrado y apenas capaz de relacionarse con los demás. "Si de cada 10 veces que le dices buenos días te contesta una, puedes darte por contento", explicaba hace unos meses en sus memorias un funcionario que trabajó con él.

Brown, al que sus asesores llevan meses enseñándole a sonreír en público, se ha pulido los dientes, se ha cambiado el pelo y ha renovado el vestuario dentro del calculado plan de sus asesores para hacerle un poco más humano y atractivo al público. Juega con ventaja: su mujer, Sarah, es relaciones públicas y se ha convertido en su principal asesora. Se conocieron mientras la compañía de Sarah hacía unos trabajos para el Partido Laborista y se casaron en 2000. En diciembre de 2001 tuvieron un bebé que murió a las pocas semanas. Luego han tenido otros dos, ambos varones.

Gordon Brown.
Gordon Brown.REUTERS

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