La molesta cuñada de Tony Blair se convierte al islam

Nadie en Reino Unido se rasgó las vestiduras cuando Tony Blair anunció su conversión al catolicismo -la religión de su esposa y sus hijos- pocos meses después de abandonar Downing Street en 2007 y previa audiencia privada con el Papa. Pero la decisión de una de sus cuñadas de abrazar el islam ha sido interpretada como todo un desafío al ex primer ministro, porque Lauren Booth -hermana de Cherie por vía paterna- lleva años reprochando a Blair sus supuestos prejuicios sobre los musulmanes y denunciando la participación británica en la guerra de Irak.

La periodista y activista proderechos humanos, de 43 años, un verdadero incordio público para los Blair desde la intervención militar que derrocó a Saddam Hussein, tuvo su revelación religiosa hace seis semanas, a raíz de una visita al mausoleo de Fátima en la ciudad iraní de Quom, recinto sagrado para los chiíes. Desde entonces, ha explicado al Mail on Sunday, no ha probado el alcohol ("el periodo más largo en los últimos 25 años") ni los productos derivados del cerdo, se cubre con el hiyab antes de salir de casa y lee cada día el Corán ("voy por la página 60").

Tuvo la revelación hace seis semanas en una visita a un santuario de quom

Booth, que actualmente trabaja para el canal iraní en lengua inglesa Press TV, acusa a Tony Blair de parcialidad a la hora de encarar su papel como mediador del Cuarteto (EE UU, la UE, Rusia y la ONU) en el conflicto de Oriente Medio. La mujer que hoy no excluye la posibilidad de utilizar el burka algún día es la misma que participó en los desmanes de un programa de telerrealidad, la versión inglesa de La selva de los famosos, si bien destinó el salario percibido a una organización de apoyo al pueblo palestino. En verano del año pasado, viajó en barco desde Chipre a Gaza con un grupo de activistas para reclamar la atención sobre el bloqueo israelí de los territorios. Y meses después difundía una carta abierta en la que acusaba a su cuñado de no ser un negociador objetivo a causa de su sesgo proisraelí, que, en su opinión, queda manifiesto en el libro de memorias que Blair publicó el pasado septiembre.