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Reportaje:

Los sesenta, contados por la chica de la portada

Suze Rotolo, ex de Bob Dylan, publica un libro de memorias

Hay discos que marcaron época y, además, cambiaron el curso de la historia de la música. Entre ellos, The Freewheelin' Bob Dylan (1963), el segundo del cantautor homónimo. Con temas como Blowin' in the wind o A hard rain's a-gonna fall aquel álbum se convirtió en la banda sonora de toda una generación que encontró en las letras de Dylan la expresión de las nuevas inquietudes que empujaban hacia el cambio en el Estados Unidos de principios de los sesenta.

En la portada de aquel vinilo una imagen inolvidable: Dylan caminando con una mujer amarrada a su brazo sobre una calle nevada del Greenwich Village neoyorquino. Esa mujer era Suze Rotolo, la que por aquel entonces era la novia del artista. Hasta ahora todo lo que se sabía de ella procedía del propio poeta, quien no sólo ha hablado extensamente de su relación en su biografía No direction home y su autobiografía Chronicles volume one, sino también en algunas de sus canciones emblemáticas como Boots of spanish leather o Don't think twice, it's all right. Pero para los enamorados del cantante, esta semana se han abierto nuevas puertas hacia su intimidad tras la publicación de un libro de memorias firmado por Rotolo titulado A freewheelin' time: a memoir of Greenwich Village in the sixties (Una época en punto muerto: memorias del Greenwich Village en los sesenta).

No se trata de un libro morboso. Al contrario, Rotolo utiliza su relación con Dylan para trazar el retrato de una generación y una época de forma similar a lo que hizo Joyce Johnson, quien fuera novia del escritor Jack Kerouac, respecto a los años cincuenta en su libro de memorias Personajes secundarios, publicado en 1983 y editado recientemente en España.

La pareja Dylan-Rotolo se conoció durante un concierto en Riverside Church en julio de 1961. Ella tenía 17 años. Él 20. Casi inmediatamente decidieron irse a vivir juntos. Sus inquietudes eran similares por lo que Dylan encontró en ella no sólo el amor, sino a una Némesis intelectual desafiante. Incluso concibieron un hijo pero ella prefirió abortar. Rotolo fue testigo excepcional del ascenso del cantante hacia el estrellato. Al final, fue precisamente el éxito lo que los separó. "Él necesitaba alguien que le guiara en ese camino y yo no era la persona adecuada", cuenta en el libro. Fue Joan Báez quien la reemplazó en ese papel. Paradojas de la vida, ahora su propio hijo, Luca, es guitarrista y cantante.

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