_
_
_
_
_

La Abogacía del Estado recurre contra la estatua de José Antonio

La Abogacía del Estado ha presentado un recurso contra la decisión del Ayuntamiento de Granada de no retirar una estatua dedicada a José Antonio Primo de Rivera que desde hace 36 años saluda al fascismo con cinco brazos atléticos con la mano alzada. La propuesta de retirada de la estatua fue presentada por Izquierda Unida el pasado 27 de febrero y apoyada por el PSOE, pero se encontró con la oposición de todos los concejales del Partido Popular, que gobierna con mayoría absoluta.

La polémica surgió después de que un grupo de intelectuales granadinos denunciaran a través de EL PAÍS que "en la actualidad se glorifique en el centro de Granada el mismo saludo con el que las milicias de Hitler arrasaron Europa". Entre los firmantes se encontraban autores como Justo Navarro, Luis García Montero, José Carlos Rosales, Álvaro Salvador, Juan Vida, Daniel Rodríguez Moya o Javier Bozalongo.

Lejos de ser un monumento a un personaje histórico, la estatua muestra claramente que se homenajea a una ideología en particular. Sobre un pedestal, los brazos alzados al cielo realizan el saludo fascista. Sobre ellos, unas enormes alas de un águila se mantienen abiertas y desafiantes. "Se trata de un monumento que recuerda una época muy negra de España y habría que quitarlo cuanto antes", declaró entonces García Montero.

El "valor artístico"

El recurso presentado ayer en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 5 de Granada se une a otros dos que fueron presentados por la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica y que ya fueron admitidos a trámite.

En opinión de Lola Ruiz, portavoz municipal de IU, es mayor vergüenza que el propio monumento "tener un gobierno local que lo mantiene con su voto contrario" y recordó que la estatua se encuentra a pocos metros de la que recuerda a la heroína republicana Mariana Pineda.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El monumento, obra del escultor Francisco López Burgos, fue colocado en 1972 y financiado por inscripción popular. El PP argumentó durante el polémico pleno municipal la imposibilidad de retirar la estatua por su incuestionable valor artístico. Ahora, los informes que acompañan los recursos niegan ese extremo, señalando que la obra del escultor no aparece en las guías turísticas ni en los libros de Historia del Arte.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_