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Aguacero reivindicativo

Izquierda Unida saca a todos sus efectivos a la calle en defensa del empleo

Miles de personas atravesaron ayer el centro de Sevilla en la primera manifestación que convoca un partido contra el paro, sin el soporte de los sindicatos. La plana mayor de Izquierda Unida (IU), con el flamante coordinador general, Cayo Lara, a la cabeza, marchó detrás de una gran pancarta, en la que se leía: "Frente a la crisis. En defensa del empleo". También estaba el líder autonómico, Diego Valderas, y todos los dirigentes señalados de Andalucía, incluidas Rosa Aguilar (alcaldesa de Córdoba) y la ex portavoz parlamentaria Concha Caballero.

El cielo descargó con fuerza justo en el momento de llegar a la plaza de San Francisco -el trayecto no fue largo: únicamente recorrer la Avenida desde San Telmo-, donde, a falta de equipo de sonido, Lara y Valderas dirigieron por un pequeño megáfono unas palabras a los concentrados que apenas alcanzaron las primeras filas. En las declaraciones del inicio, ambos explicaron sus intenciones. Lara calificó la marcha de "acto de rebeldía" y justificó que IU sólo haya convocado en Andalucía porque se trata de la comunidad con mayor porcentaje de desempleo. No obstante, adelantó que, si cuentan con respaldo, la manifestación de ayer será el "preámbulo de lo que va a ser una gran movilización a nivel del Estado y que, si los sindicatos quieren, concluirá con una huelga general, algo que depende de ellos".

Los manifestantes gritaron más contra los sindicatos que contra el Gobierno

Quizás fuera por eso, por la dependencia de las centrales sindicales, y por su elocuente ausencia, que éstas acapararon una buena parte de las consignas de protesta. De hecho, se oyeron más gritos en su contra que del Gobierno. "¿Dónde están? ¡No se ven! Comisiones ni UGT", fue uno de los más coreados, junto con "Hace falta ya una huelga general", "Aquí está la izquierda de verdad", y otros concebidos para la ocasión, como "Aunque se moje, la izquierda no se encoge". Respecto a las grandes pancartas, abundaron las de conflictos concretos: Despiece del Mueble (Sevilla), Roca (Alcalá de Guadaíra, Sevilla), Cerámicas Bellavista (Dos Hermanas, Sevilla), Boliden (Aznalcóllar, Sevilla) o Delphi (Cádiz).

Los carteles unipersonales, confeccionados con papel y cartón, parecían sauces llorones y acabaron por descomponerse bajo la copiosa lluvia, que formó una pátina de agua sobre los adoquines. El colorido de las banderolas rojas del PCE, blancas (las menos) de IU y republicanas quedó sepultado también en el bosque de paraguas, abrumadoramente negros.

Vinieron autobuses de toda Andalucía -algunos desistieron por el temporal- hasta rozar el centenar. Los organizadores dijeron primero que habían reunido a 8.000 personas, luego ampliaron a 15.000. La Policía Local rebajó la cifra a entre 4.000 y 5.000. En cualquier caso, fueron muchos, y su mejor reflejo era la expresión de alborozo de los dirigentes. "Hoy damos el primer paso y no vamos a parar hasta conseguir un plan de carácter alternativo que en unos días presentará IU federal, que busca situar a nuestra economía en el terreno de la solidaridad", declamó del tirón un pletórico Diego Valderas mientras veía caer el aguacero reivindicativo.

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Cayo Lara y Diego Valderas (centro), junto a otros dirigentes, encabezan la manifestación ayer en Sevilla.
Cayo Lara y Diego Valderas (centro), junto a otros dirigentes, encabezan la manifestación ayer en Sevilla.EFE

Bocanada de fuerza interior

Izquierda Unida consiguió ayer sacar a casi todos sus efectivos a la calle en medio del temporal. Hacía tiempo que no se veía algo así, y la capacidad de movilización funcionó como una bocanada de fuerza interior para animar a las cansadas huestes de este partido, que en los últimos tiempos lo único que han visto es cómo se marchitan su fuerza y su presencia institucional.

Éste fue el valor capital que dieron a la marcha algunos dirigentes de IU, quienes respondieron vacilantes a la pregunta de si una manifestación contra el paro, así, en términos generales, tiene utilidad, habida cuenta de que el modelo económico que dicen combatir no se cambia de un día para otro merced a un decreto ley, y mucho menos el sistema, que no se sabe muy bien lo que es y quién es. Aunque es verdad que líderes como Diego Valderas ya habían pensado en esto y, previsores, introdujeron en el discurso la siguiente máxima: "Pedimos un cambio de modelo económico, y si no, un cambio de Gobierno". Por si acaso.

De cualquier manera, un baño de unidad, de Internacional entonada bajo la lluvia entre banderas rojas, es una inyección de ánimo para IU, tan necesitada de aliento y empuje.

La referencia de los periodistas a la otra manifestación de idéntico objetivo (la del PP del día 15) se recibió como un comentario de mal gusto, inoportuno. Cayo Lara contestó molesto que nada tenía que ver con la suya: va en dirección opuesta. "El PP pretende bajar los salarios y atornillar más a la clase trabajadora", explicó. Valderas le secundó con ataques a las ayudas que recibe la banca, y sentenció: "IU no apoyará ninguna medida en beneficio de los culpables".

Mientras, el líder del PP, Javier Arenas, que estuvo ayer en Antequera, reivindicó el derecho a salir a la calle, y tranquilizó a quienes le miran sorprendidos por la iniciativa: su manifestación se hará "con todo respeto".

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