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Agustín García Calvo muestra su "indignación" por lo que pasa en Irak

El escritor cuestiona en Sevilla que esa "chapuza" sea una guerra

El escritor Agustín García Calvo mostró ayer en Sevilla su "indignación" por lo que pasa en Irak. El pensador cuestionó la propia denominación de "guerra" para lo que está ocurriendo allí. "[Siento] indignación de que todos los muchachos y muchachas se dejen engañar con el nombre de la guerra. ¡Llamar guerra a eso!", explicó García Calvo (Zamora, 1932) en un seminario celebrado en la Casa de la Provincia.

"Al decir 'No a la guerra' se pone uno de parte del poder", puntualizó el autor de Sermón del ser y no ser. "Están haciendo la chapuza que hicieron hace 12 años. ¡Y que a eso le llamen guerra!", indicó en referencia a la contienda del Golfo.García Calvo habló ayer sobre Saber lo que no se sabe ante un centenar de personas.

El escritor zamorano participaba en el seminario ¿Es la naturaleza cognoscible?, que fue clausurado ayer. El seminario ha sido promovido por la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo y la Diputación. Esta iniciativa ha contado con el patrocinio de la Junta y Caja San Fernando y la colaboración del International Ontology Congress Barcelona-San Sebastián.

García Calvo remitió a los artículos que ha publicado en el diario La Razón para desarrollar su postura ante lo que ocurre en Irak. "-¿Por qué era tan aburrido decirle NO a la guerra? -Porque era mentira, críos. -¿Cómo? -Que no era más que una amenaza de guerra, tontuelos, una guerra futura, inminente, mañana, pasado, el otro, un juego imbécil con que os han tenido entretenidos año y medio. -Pero, bueno, mamá, el caso es que la guerra ya ha llegado. -¿Qué coños va a llegar, Sibila, si no había nada que llegar? ¿No sabes tú que el futuro nunca llega? -Ya: porque, si llega, deja de ser futuro. -Y ya no sirve para lo que servía, ¿no? -Hacernos creer que iba a pasar algo. -Eso. Y, por tanto, ese cuento de que pasa algo tienen que seguir estirándolo a futuro, día tras día, hasta que se agote. ¿Cómo van a quedarse los Medios de Información sin su gran negocio, cómo van a dejar los Poderes de tener pendiente el mundo de lo que va a pasar, para que no se entere de lo que está pasando?", escribía García Calvo en La Razón el pasado miércoles.

Al final, los muchachos que acaban de regresar de la manifestación contra la guerra hacen una pregunta definitiva. "-Pero, madre, y ¿cuál es la guerra de verdad? -La guerra de verdad es ésta, la de siempre: la guerra de la gente contra todos esos manejos y mentiras con que tratan de entretenerla, contra el Poder y los negocios del Capital y los Medios", escribe García Calvo.

El escritor dedicó su intervención de ayer a analizar lo que se denomina realidad. Lo hizo con un estilo socrático con el que animó al público a mostrar su opinión y sus dudas para, entre todos, intentar aclarar lo oscuro. "No hay más realidad que la realidad, ésta en que estamos metidos", comentó el pensador. "Cuando hace unos años tuve que hacer la edición crítica del poema de Lucrecio De rerum natura me parecía que lo oportuno en español era De la realidad", explicó.

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La vocación de la ciencia

"Realidad querrá decir aquello de lo que se habla. Las cosas son aquellas cosas que se nombran con el nombre de cada una", agregó. "La vocación de la ciencia es servir al señor, como siempre lo ha sido, es decir renovar la fe en la realidad, volver a hacer creer que se sabe qué es eso de la realidad. Eso es servir al poder, servir al señor", señaló el escritor.

García Calvo recordó que "las instituciones estatales y del capital subvencionan a la ciencia". Y dijo que la situación era similar en este sentido a la de la Edad Media. Con todo, matizó, "hay físicos honrados que, llevados por la propia pasión de la investigación", descubren "las grietas" de la realidad. "Pese a la vocación fundamental de la ciencia, la pasión de la investigación puede llevar al descubrimiento de fallos", añadió. Se trata de "fallos en la realidad misma".

"No se puede explicar la realidad por sí misma, a partir de ella misma", dijo. "Pretenden los sustentadores de la fe que la realidad es un todo, a saber, todo lo que hay. Pero lo que el sentido común y el corazón dicen es que la realidad es simplemente la realidad y que no es todo lo que hay", agregó García Calvo.

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