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La Alhambra, el Patrimonio Mundial que permanece vivo

El conjunto monumental de Granada revisa su futuro 25 años después de la declaración de la Unesco

Margot Molina

La Alhambra de Granada guarda muchos secretos y ese halo de misterio que la rodea ha sido siempre uno de sus principales atractivos. Historiadores y arqueólogos van, poco a poco, desvelando algunos de ellos; pero el más importante es quizás el más simple: es un lugar vivo. La antigua colina de Sabika, en la que se cree que hubo asentamientos romanos, ha estado habitada desde que, en el siglo XIII, los nazaríes decidieron levantar en ella un palacio y una fortaleza. La ciudadela ha ejercido desde entonces y hasta hoy una enorme fascinación sobre todos sus inquilinos. Los Reyes Católicos, Carlos V, las tropas napoleónicas, Washington Irving... Todo el que ha pasado por este vergel artificial -el agua llega hasta ella a través de una gran obra nazarí- se ha dejado seducir por su encantos. Y para hacer justicia a tantos méritos la Unesco declaró Patrimonio Mundial a la Alhambra y el Generalife el 2 de noviembre de 1984. El conjunto ha celebrado sus primeros 25 años de pertenencia a tan selecto club con un curso sobre la identidad y la universalidad del monumento en el que, del 14 al 18 de septiembre, especialistas en patrimonio analizaron ambos aspectos.

El conjunto recibe más de dos millones de visitantes anuales desde 2001
Una muestra sobre Washington Irving ocupa los cuartos donde vivió el autor
Entre los rincones vetados al público destaca el Peinador de la Reina
Un total de 160 vigilantes trabajan en el recinto granadino
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Además el monumento, que desde el 2001 tiene más de dos millones de visitantes al año, recibirá el próximo 22 de octubre un inesperado regalo: uno de los premios que concede el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop). El galardón lo recibe "por constituir un valioso legado patrimonial evolucionado, desde su origen, como ciudad palatina nazarí, pasando por las transformaciones llevadas a cabo por el uso como casa real cristiana y capitanía general del reino, como monumento a partir de 1870 y como moderno destino turístico cultural de masas en la actualidad", según reza el fallo del Cicop. "El necesario equilibrio que debe procurarse entre el mantenimiento de este importante legado y su uso y disfrute cultural son objetivos que el Patronato de la Alhambra y Generalife han conseguido, incorporando el monumento a los procesos de innovación que representa la nueva sociedad de la información y del conocimiento, y consolidando su papel de referente internacional en la gestión cultural desde la sostenibilidad; sin olvidar las relaciones de dependencia urbana con la ciudad de Granada de la que es parte indisoluble y seña de identidad", añade el jurado.

Los 25 años de Patrimonio Mundial coinciden también con otra efeméride que se celebra con una gran exposición: Washington Irving y la Alhambra. 150 aniversario (1859-2009). La muestra, que se inauguró el pasado día 1 de octubre y conmemora el fallecimiento del escritor norteamericano, ocupa precisamente las habitaciones que acogieron al autor de Cuentos de la Alhambra, un libro que, sin duda, se convirtió desde su publicación en 1832 en la mejor tarjeta de visita del monumento. Tanto estas salas, decoradas con pinturas renancentistas, como otros muchos espacios del conjunto están cerrados al público normalmente. Son rincones que, bien por su fragilidad o por sus reducidas dimensiones, no aguantarían los 8.300 visitantes que llega a tener la vieja Alhambra en en los días más concurridos.

La conservación de esta ciudadela, en la que trabajan más de 500 personas, es todo un reto para un espacio que abre todos los días del año, excepto el 1 de enero y el 25 de diciembre. Aunque la Alhambra seguirá guardando bajo llave -una llave maestra de más de 20 centímetros que llevan orgullosos algunos de sus empleados- algunos de sus tesoros, el patronato estudia la posibilidad de completar el recorrido con la ayuda de las nuevas tecnologías, con una visita virtual a través de una PDA.

Entre los rincones vetados al público general destaca el llamado Peinador de la Reina, un estudio mandado construir por Carlos V sobre una torre nazarí, y decorado con frescos al estilo pompeyano por Julio Aquiles y Alexander Mayner, discípulos de Rafael que estaban trabajando en las estancias vaticanas y el emperador manda traer desde Roma.

"Esta torre, que mira al Albaicín, tenía un valor simbólico para los sultanes nazaríes y Carlos V, consciente de su importancia, decidió convertirla en un studiolo siguiendo la moda de Roma. Encarga a Wermeyen que pinte ocho murales en la antecámara con la expedición que él realizó contra Túnez en 1535. Además, una de las curiosidades de esta torre es que, por primera vez en la historia del arte español, aparecen representadas las mazorcas de maíz que los conquistadores trajeron del Nuevo Mundo", explica Jesús Bermúdez, arqueólogo del conjunto desde 1986 que nació hace 49 años en el número 2 de la calle Real de la Alhambra.

"Mi padre, historiador del Arte, fue el primer director del Museo de la Alhambra y entonces muchos de los trabajadores vivían aquí. Nos hemos criado dando pelotazos en la plazuela del palacio de Carlos V", recuerda Bermúdez. Para este "alhambreño", como le gusta definirse, el gran cambio de estos últimos 25 años es la masificación del turismo. "Antes solamente venía gente que pertenecía a una cierta élite, recuerdo el revuelo que se armaba cuando llegaron actrices como Grace Kelly o Brigitte Bardot; ahora viene mucha más gente, pero algunos no tienen ningún conocimiento previo de este gran patrimonio", explica el arqueólogo mientras muestra a los periodistas otra de las maravillas ocultas de su ciudad: los Baños del Sultán Yusuf I, una auténtica maravilla cerrada por problemas de conservación desde los años ochenta, al igual que el Peinador de la Reina. Pero el hecho de que estén cerrados no significa que estén olvidados.

Profesionales como Antonia Martínez, granadina de 60 años que lleva dos décadas limpiando cada rincón del inmenso palacio, transitan a diario por sus salas. "Nunca tocamos nada, limpiamos los alicatados con un trapo húmedo y si aparece una mancha no se le puede echar lejía, hay que llamar a los conservadores", explica mientras sostiene orgullosa su llave, la misma que tiene María Antonia Pérez Marfil, oficial de custodia y que coordina a los 160 vigilantes que trabajan en el recinto. Quien no necesita llave es Cristóbal Romera, jardinero que lleva 27 años mimando las plantas del Generalife y que muestra orgulloso un antiguo ejemplar de arrayán morisco que ha conseguido recuperar y que es uno de los muchos secretos que guarda la Alhambra.

M. ZARZA

Las cifras

- Superficie total. El Conjunto Monumental Alhambra y Generalife ocupa 10,6 hectáreas.

- Superficie construida. Un total de 61.304 metors cuadrados son de superficie construida.

- Turismo. 2.168.749 personas visitaron el monumento granadino el años pasado.

- Presupuestos. El presupuesto de 2009 es de 24 millones de euros, un 0,7% más que el año anterior.

- Ingresos. El 80% del presupuesto se ingresa por taquilla. El monumento cierra sólo el 1 de enero y el 25 de diciembre.

- Empleo. En la ciudadela trabajan 500 personas, 302 de los cuales son funcionarios y laboralesGranada

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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