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Reportaje:Signos

Arte efímero contra prejuicios

La Muestra Spora convierte a Granada en un museo al aire libre

A lo largo de la historia, el arte ha sido un símbolo de aquello que perdura, hasta el punto de que los artistas, a través de su obra, podían alcanzar de algún modo el tipo de inmortalidad a la que Jorge Manrique llamaba fama. Esta tercera vida, como explicaba el poeta en su obra, es patrimonio del recuerdo que perdura en los poemas, en los edificios, en las esculturas y en los lienzos de quienes tuvieron algo que decir y lo compartieron con sus contemporáneos para instalarse en el futuro.

Frente a esta idea de lo perdurable, de lo que sobrevive al tiempo, existe una forma de afrontar la creación artística desde la conciencia de lo efímero. Se trata de la creación de obras de arte con fecha de caducidad a corto plazo, que el espectador verá una vez y no podrán volver a contemplarse nunca más. Ni siquiera el artista podrá poseer su obra, que en lugar de sobrevivir al paso del tiempo será engullida por él, devorada sin piedad por las horas.

La primera Muestra Internacional de Arte Efímero de Granada, denominada Spora, ha convertido la ciudad en un museo de arte contemporáneo desafiando algunas de las reglas que la tradición ha depositado en torno a nuestra idea del arte. Reconocidos artistas alemanes como Hiltrud Schafer o Georg Petzold comparten las calles de la ciudad con Teresa Vida, Noni Lazaga, Pilar Soto, Amada Martínez o el colectivo andaluz Miga.

El principal propósito de la muestra, como explicó su comisaria, Ana García, profesora de Audiovisual de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, es "acercar el arte contemporáneo a la gente".

Para ello, se realizarán diferentes obras a lo largo de toda la ciudad que tendrán como hilo conductor el agua, en una ciudad con tres ríos y una larga tradición en torno a este elemento. Precisamente esta cualidad será desafiada por las artistas andaluzas Pilar Soto y Amada Martínez, que tintarán hoy y mañana a las 12.00 el río Darro de color rojo antes de su paso subterráneo por la ciudad. En palabras de Amada Martínez, el objetivo de esta acción efímera, es "reivindicar que se aprecie el espacio natural haciendo conciencia de su inmersión dentro del espacio humano". "Porque creemos que el arte es permeable", comentó.

El espacio, la percepción y el vacío protagonizan las dos creaciones de la artista madrileña Noni Lazaga, que han sido instaladas en el Palacio de los Córdova y en el Carmen de la Victoria. Lazaga es la mayor experta en fibras japonesas en España.

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"Una de las posibilidades que ofrece Spora es ser testigo del proceso de creación de las obras, lo cual es un auténtico lujo", dijo Ana García, que también resaltó durante la presentación de la muestra que será posible el "diálogo" entre el espectador y el artista. Lo único que no será efímero en Spora será la permanencia de la muestra.

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