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El Banco de España descabeza el núcleo duro de la Iglesia en Cajasur

El supervisor ha relevado ya a cuatro directivos de la cúpula de la entidad

"Les están dando su propia medicina". Así ve un ex directivo de la caja cordobesa las últimas decisiones de los administradores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en Cajasur, quienes, desde que se hicieron cargo de la entidad tras su intervención la madrugada del 22 de mayo, han ido descabezando al núcleo duro del que se rodeó del último presidente de la caja, el sacerdote Santiago Gómez Sierra.

Los interventores nombrados por el Banco de España han trasladado al que fuera director general adjunto de la fusión y mano derecha del deán, Santiago Cabezas, a Datasur, una sociedad dedicada al tratamiento informático de documentos, perteneciente el variopinto grupo de empresas de Cajasur, ubicada en el Polígono Industrial Chinales de Córdoba. Los hombres del Banco de España en Cajasur también le han dado otro cometido al que fuera director de Banca Especializada, Antonio Cruz Conde, en la sociedad Comerciantes Reunidos del Sur, S. A. (Creusa), dedicada a financiar las ventas a través de las tarjetas de crédito y cuya sede está en la plaza de las Tendillas.

Estas destituciones se unen a las ya conocidas de los dos responsables del departamento de recursos humanos que apenas llevaban un año en esos puestos y también eran del círculo de confianza del destituido Gómez Sierra.

Este grupo de personas integraba lo que en la caja se conocía como el sector institucional para diferenciales del llamado sector profesional encarnado por el director general, Antonio Barral. Una de las últimas maniobras de Gómez Sierra fue precisamente provocar el cese de la interventora de la entidad, Isabel Gómez, el mismo día en que la caja presentó unas pérdidas del ejercicio de 2009 por 596 millones de euros al consejo de administración. La destitución de la alta directiva implicó su salida de la sede central de Cajasur en Ronda de los Tejares.

Por otro lado, la emisión por parte del supervisor de 800 millones de euros en cuotas participativas para inyectar capital a Cajasur implicará que el FROB tendrá cuotas políticas en la asamblea de la entidad, que debe ratificar la venta de la caja. El porcentaje que tendrá el FROB dependerá del capital total que tenga la caja en ese momento -fuentes del sector aseguran que este es mínimo-, lo que evitará las minorías de bloqueo. Antes de ser intervenida, la Iglesia católica tenía un 34% en la asamblea que sumado al de otros grupos le permitía aprobar todos sus proyectos.

Una vez que las siete entidades interesadas en pujar por Cajasur aprueben la primera criba del supervisor, las andaluzas Unicaja y Cajasol, si lo superan, podrían presentar una oferta conjunta.

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La apuesta de Economía

La Junta de Andalucía no tiene capacidad de veto para que Cajasur se quede en la comunidad, aunque sus preferencias van dirigidas claramente a que Unicaja o Cajasol, que han mostrado interés, se hagan con la caja cordobesa. Ayer, el consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, dijo una obviedad que refuerza esa postura, sobre todo, referido a la entidad malagueña: "Objetivamente quien mejor conoce la situación de Cajasur es Unicaja, que es quien ha estado durante los últimos diez meses estudiando" la situación de Cajasur. En su opinión, este hecho será "una de las bazas y potencialidades como oferta", si pasa Unicaja pasa a la siguiente ronda en la puja. Sobre Cajasol, Ávila dijo que la oferta "tiene otro valor, que es el conocimiento de la realidad andaluza".

Respecto a la posición del PP, su presidente regional, Javier Arenas, mantuvo ayer una línea de indefinición. Aseguró que "ojalá" una entidad andaluza se haga con Cajasur, aunque lo importante es que se mantengan los empleos y la economía. El supervisor tiene previsto acelerar al máximo los plazos de la venta de Cajasur. Pretende que el 10 de julio el proceso esté cerrado.

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