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Carcaño afirma que mató a Marta de un golpe y niega que la violara

El principal acusado recupera en el juicio su última versión sobre el crimen

Con más desparpajo que nervios, Miguel Carcaño compareció ayer ante el tribunal que le juzga por la violación y asesinato de la joven Marta del Castillo. Había dudas sobre si Carcaño, de 22 años, se negaría a declarar o si solo aceptaría responder a las preguntas de su abogada o si sería capaz, incluso, de relatar una nueva y estrambótica versión sobre lo que ocurrió en su casa la tarde del 24 de enero de 2009. Porque si algo ha demostrado el principal acusado del caso Marta es que es imprevisible. Cada vez que se planta ante un juez, y a lo largo de los últimos tres años han sido muchas veces, cuenta una historia distinta.

Lo único que no ha hecho Carcaño desde que lo detuvieron es derrumbarse. Y ayer tampoco claudicó. Vestido con vaqueros y camiseta blanca con rayas azules, respondió una a una a todas las preguntas que le hicieron el fiscal, el abogado de la familia de Marta y los de los otros tres acusados: su amigo Samuel Benítez; su hermano, Javier Delgado; y la novia de éste, María García.

El joven dice que El Cuco y Benítez se llevaron el cuerpo y él no sabe adónde
El acusado exculpa de todo a su hermano y a la novia de éste
"Había un cenicero y le di un golpe. No sé cómo lo hice, perdí los nervios"
"Fui a por El Cuco para echarle delitos y porque implicó a mi hermano"
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Esta vez no sorprendió con una nueva versión de los hechos. Repitió casi línea a línea la última que contó y ratificó ante el juez de instrucción el pasado 2 de febrero: que aquella noche de enero de 2009 llegó sobre las 20.25 a su casa con Marta y empezaron a hablar sobre la relación que habían mantenido meses atrás y las tensiones que se crearon luego entre ellos. "Estábamos discutiendo y nos acaloramos" explicó. Y casi sin dar tiempo a que el fiscal siguiera preguntándole, relató su versión completa del crimen: "Había un cenicero y le di un golpe. Gesticulamos mucho los dos. Yo estaba enfadado y no supe cómo lo hice, perdí los nervios, pero le di un golpe. Ella cayó al suelo y yo me asusté. Tenía un poco de sangre y yo no sabía qué hacer".

Este relato difiere sustancialmente del que Carcaño contó ante el juez de Instrucción el 17 de marzo de 2009, cuando afirmó que, tras fumar hachís y beber varias copas, él y su amigo Javier García, El Cuco, entonces menor de edad, violaron a Marta y la asfixiaron con una alargadera. Esta es la versión a la que más credibilidad le dieron el juez y el fiscal y en ella se sustentan las acusaciones de violación y asesinato por las que se le juzga. Con el relato de ayer, Carcaño asume un delito que, probablemente, solo tendría la categoría de homicidio.

El fiscal le hizo ver ayer las contradicciones de sus versiones, escuchar entera su declaración ante el juez el día que confesó haber violado y matado a Marta, ver el vídeo de la reconstrucción de los hechos que hizo en su casa acompañado por la policía. Pero Carcaño no se inmutó. "¿Se inventó usted tantos detalles de la violación y el asesinato?", le inquirió el fiscal. "Sí". "¿Y por qué inculpó a El Cuco?". "Yo ya lo tenía todo perdido, llevaba un mes en la cárcel. Fui a por el menor para echarle más delitos y porque había implicado a mi hermano. Además, en prisión me dijeron que con el jurado popular lo tenía todo perdido", aseguró el joven, en referencia a que se había informado de que el delito de violación lo juzgaba un tribunal profesional y no uno popular.

La versión de ayer es también muy parecida a la primera que prestó Carcaño ante la policía cuando le detuvieron. Pero en aquella ocasión aseguró que él, El Cuco y Samuel Benítez tiraron el cuerpo de Marta al Guadalquivir, mientras que ayer afirmó que fueron sus amigos los que se deshicieron del cadáver y que él se quedó limpiando la casa. "¿No le dijeron dónde dejaron el cuerpo?", le preguntó el fiscal. "Me dijeron algo del río", respondió parco. Las respuestas más breves y evasivas de Carcaño fueron siempre las referidas al paradero del cadáver. El representante del ministerio público volvió a intentarlo al final de su interrogatorio. "¿Dónde está el cuerpo?", preguntó, casi con tono de súplica. "No lo sé", zanjó el joven.

Carcaño aseguró que El Cuco llegó a la casa cuando Marta ya estaba muerta y que luego avisaron a Samuel Benítez, que llegó con el coche de su tío, un Opel Astra de color granate. En una silla de ruedas, llevaron al coche el cadáver, sin taparlo. "¿Y no se cruzaron con nadie en la calle, a las 21.30 de la noche?", se extrañó el fiscal. "No", aseguró Carcaño. Esta versión, además de inculpar a El Cuco como encubridor, pero despojarle de las acusaciones de violación y asesinato, ratifica el papel de Benítez como colaborador imprescindible para ocultar el cadáver. Él trajo el coche y lo condujo hasta algún lugar que Carcaño dice no saber. El principal acusado no ha implicado esta vez al tío de su amigo, al que en su último relato ante el juez había señalado como cerebro de la operación para hacer desaparecer el cuerpo.

Samuel Benítez, que hoy declara ante el tribunal, nunca aceptó ante el juez instructor su participación en los hechos. Su abogado le preguntó a Carcaño por qué lo implica ahora: "Él estaba conmigo y me ayudó. Igual que yo estoy asumiendo mi responsabilidad, que él asuma la suya". Carcaño es el único de los cuatro acusados adultos que ha confesado ante el magistrado tener algo que ver en el crimen. Ayer aseguró también que su intención no era matar a Marta. "¿Qué intención tenía (cuando le golpeó)?", le preguntó un abogado. "Dejar de discutir".

Carcaño también tuvo ayer cuidado de exculpar a su hermano, Javier Delgado, y a la novia de este, María García, para los que el fiscal pide ocho y cinco años de cárcel respectivamente por encubrimiento, daño contra la integridad moral (no decir dónde está el cadáver) y amenazas a El Cuco (en el caso de Delgado). De su hermano, Carcaño aseguró que no estaba en la casa cuando se cometió el crimen y que no le contó nunca nada, mientras que a la novia dijo conocerla "poco". "Ella no tiene nada que ver", sostuvo.

Antes de empezar el interrogatorio, el tribunal respondió a las alegaciones planteadas el lunes por las partes. El juez rechazó la cuestión de constitucionalidad planteada por los padres de Marta sobre la Ley del Menor, que ha provocado que se celebren dos juicios paralelos. Tampoco admitió la nulidad de las escuchas que había pedido la defensa de Javier Delgado, ni los nuevos testigos que habían solicitado algunas partes.

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