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Reportaje:

Chico Ocaña: "Soy un currante de la palabra"

El ex líder de Mártires del Compás edita su primer disco

Elsa Cabria

Chico Ocaña dice que se ha quitado el pijama sevillano. "Semana Santa, Feria y Rocío: El mismo triciclo de siempre". Se ha olvidado del último concierto que dio con Mártires del Compás. Disolvió la banda hace tres años porque "querían la corona del rey". Y ése era él. Ahora, con 52 años, primer disco por su cuenta: Canciones de mesa camilla. "Antes hablaba de lo que veía. Por primera vez, hablo de mí".

Este músico, que quiso ser torero antes que artista, no deja de cantar a la calle en su nueva obra. Chico no deja de ser Chico y a las esquinas cuenta tres pérdidas recientes: su sobrina, su amigo del alma y su peluquero. Aparecen en CCC (cáncer, carretera y corazón), una de las canciones que ayer presentó en el único concierto previsto en Sevilla. En la FNAC. No volverá a actuar por la provincia hasta julio. En Marinaleda, a 100 kilómetros de la capital. "Estoy vetado por los gestores políticos de esta ciudad. No les gusta cómo digo las cosas porque les desnudo como pulpos".

Chico, "un romántico político", vino a Sevilla desde San Roque (Cádiz) hace 26 años. Sentado en una terraza de la plaza de la Alfalfa, cerca de su casa, no para de saludar gente. "Soy un currante de la palabra. Fotografío la ciudad donde vivo". Así que aquí se queda. Aunque le mosquee. "En esta ciudad no se puede cantar. Es muy conservadora y está hecha para guiris".

No se habla con sus ex compañeros de Mártires del Compás, con los que compartió siete discos. Tampoco con Kiko Veneno, que impulsó el proyecto. "Les salió la soberbia, la envidia, pero en un grupo hay una cabeza pensante y los otros tienen que ceder". Asegura que no hubo peleas. Pero en 2007, "intentaron dar un golpe de Estado" y acabó con el martirio. Tres años después, asegura que no se arrepiente "de nada".

Su nueva banda está formada por treintañeros de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona). "Hijos de andaluces". Ellos han puesto la música a sus letras. Y es que Chico no toca instrumentos. Crea las canciones con las melodías que le surgen en la cabeza. "No es una fórmula muy común, pero me da libertad mental. Yo toco mis palmas". La gente que le acompaña ha reinterpretado el género que Ocaña se inventó hace 15 años: el flamenco billy. "Música campestre". O flamenco tradicional influido por Jimmy Hendrix, los Rolling Stones o Bob Dylan, los músicos anglosajones que descubrió de crío.

En Canciones de mesa camilla la alegría la pone su primera hija, Natalia, de 26 meses. "Me prolonga la vida", desvela este "padre-abuelo" que nunca aprendió a tocar bien la guitarra porque el pensamiento le iba más rápido que sus dedos.

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Sobre la firma

Elsa Cabria
Es periodista en EL PAÍS Audio. Ha escrito en proyectos multimedia en Centroamérica y México. Ha colaborado con eldiario.es, BBC Mundo, El Faro y Osmos, para Spotify. Es Máster de UAM-El País y Máster en Podcast, en Barreira Arte y Diseño.

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