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Condenado a tres años de cárcel el kurdo que lanzó un zapato a Erdogan

El juez prohíbe que el ciudadano sea repatriado a Siria por posibles represalias

Javier Martín-Arroyo

El ciudadano kurdo Hokman Joma no será extraditado a Siria por lanzar un zapato al primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan el pasado febrero en Sevilla, porque podría sufrir represalias. El Juzgado de lo Penal 9 sevillano le ha condenado a tres años de cárcel y una multa por un delito contra la comunidad internacional en su modalidad de atentado, le ha absuelto del delito de resistencia, y ha rechazado la sustitución de la pena por la expulsión del país, tal y como había pedido la fiscalía. Con esta última decisión el juez ha atendido las súplicas de Joma, de 27 años, para no regresar a Siria porque podría sufrir torturas y morir en prisión.

El ministerio público no apelará la sentencia ya que esta confirma su tesis en gran parte, y tras comprobar cómo el juez atendió la petición de Joma para cumplir la pena en España antes de ser repatriado. "Mi expulsión sería la muerte porque todo el mundo sabe cómo es Siria con los kurdos", avisó Joma durante el juicio. Ayer el fiscal modificó su postura sobre la espinosa repatriación y aceptó el riesgo que supone. "La fiscalía había planteado la oportunidad de sustituir la pena privativa de libertad por la expulsión del territorio español, lo que estimaba razonable para el Estado español y posiblemente más beneficioso para el acusado". Tras comprobar que el juez estimó el riesgo de represalias en caso de repatriación, el fiscal no recurrirá la decisión.

Mientras, el abogado del ciudadano kurdo, Luis Ocaña, recurrirá la sentencia porque la encuentra "desproporcionada" y se planteará solicitar el indulto para su defendido. El periodista iraquí Muntazer al Zaidi fue condenado a tres años de prisión pero finalmente sólo cumplió un año por lanzar sus zapatos contra el entonces presidente de EE UU, George W. Bush, en una rueda de prensa en Bagdad a finales de 2008. Un año más tarde, Joma se descalzó para lanzar un zapato a Erdogan tras recibir este un premio en Sevilla, mientras gritaba "viva el Kurdistán, criminal y asesino", pero el zapatazo no le alcanzó. El ciudadano kurdo fue inmovilizado en pocos segundos por dos agentes y en su sentencia el juez estima que no existen pruebas que demuestren el delito de resistencia a los policías que le redujeron.

Numerosos representantes del mundo de la cultura y la política, además de la asociación Pro Derechos Humanos, exigieron en un comunicado la libertad de Joma. Pero sin éxito. De momento, el acusado sigue en prisión desde el pasado 22 de febrero pese a que declaró que su intención no era lesionar al primer ministro, sino llamar la atención sobre la situación de la minoría kurda. Joma considera que esta discriminación es desconocida en Europa, a diferencia de los casos de Palestina o el Sáhara.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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