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Crítica:XIV FESTIVAL DE JEREZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Continuidad y evolución de una escuela

Parece que es verdad asumida que la danza clásica española está en peligro de extinción. De la escuela bolera, ni hablamos. Y es cierto que son pocos los militantes de esa fe. Puede que por ello, y porque está en su propia filosofía, este festival siempre les hace un hueco. Cuando pasan, acostumbran a dejar una estela de clasicismo, de estudio y disciplina, de elaboradas coreografías dentro del reino de la sincronía y la geometría.

Con Rafael Estévez y Nani Paños estamos ante la continuidad de la escuela, pero también ante su revisión y evolución porque, si se tratara de conservar fósiles, para eso están las vitrinas de los museos. La pasión por la escuela clásica de estos artistas es patente y ha dejado ya brillantes muestras en el camino. Con su nueva obra, Sonata, se puede constatar que no están dispuestos a quedarse en el mimetismo y la recreación de los moldes recibidos. Se trata de otorgarles otra vida incorporando nuevos conceptos coreográficos, poniéndoles una pizca de contemporaneidad y, si es necesario, rompiendo la obligación geométrica. Y eso sin perder la armonía o la estilización propias del género, y manteniendo los aires flamencos como parte del patrimonio.

SONATA

Rafael Estévez-Nani Paños. Dospormedio & Cia. Bailarines: Rafael Estévez, Nani Paños y cuerpo de baile. Invitados: Antonio Ruz y Rubén Olmo. Piano: Edith Peña. Idea original y coreografía: Rafael Estévez y Nani Paños. Música: padre Antonio Soler.

Teatro Villamarta, 11 de marzo.

En casi dos horas de espectáculo, el grupo de 12 bailarines, con sus líderes al frente e invitados como Rubén Olmo o Antonio Ruz, dio prácticamente para casi todo. Una amplísima gama de combinaciones de danzas que van desde la escuela bolera a la creación de una nueva iconografía para la disciplina. Y todo ello con la caja negra desnuda y una pianista admirable que encadenó sin descanso las sonatas del siglo XVIII del padre Soler.

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