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ESTA SEMANA
Columna
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Defensa

Lo habitual es que cuando nos referimos a la Defensa Nacional, en Andalucía, se asocie a problemas derivados de la notable presencia de instalaciones militares, hasta el punto de que se habló en su día más de la servidumbre que supone para el desarrollo de nuestra comunidad que de oportunidades, y hasta de reconocimiento de la labor que efectúan las distintas unidades asentadas en este territorio.

Pero la realidad es la que es y dada la estratégica situación de la región, su contribución resulta decisiva, de ahí que no sea casual que acojamos una de las bases militares más importantes del Mediterráneo como es la de Rota; la sede en este mismo recinto del mando de la fuerza de combate de la Armada, o de la Fuerza Terrestre en Sevilla, así como la Base de Morón con los avanzadísimos EF-2000 (Eurofigther), por citar algunos destacados ejemplos que se unen a otro dato, y es que Andalucía es la comunidad que más efectivos incorpora en todas las convocatorias que se llevan a cabo para soldados profesionales.

A ello hay que unir una potente industria vinculada y que va desde los modernísimos astilleros Izar, en la Bahía de Cádiz, pasando por la floreciente industria aeronáutica o las factorías de Santa Bárbara de Alcalá de Guadaíra y Granada. De hecho, el peso de esta actividad como tal ha evitado en buena medida el fenómeno de las deslocalizaciones que sí han afectado, en cambio, a otros.

Es por eso que se ha de ir revisando, por no decir que descartando, ese término de "servidumbre", con sus connotaciones negativas, sobre todo si se tienen en cuenta ya, a estas alturas, los claros retornos y beneficios que genera este factor.

Conviene, por tanto, tener bien presente todo esto a la hora de analizar con un mayor rigor lo que significa "lo militar" en el escenario andaluz. Pero, por encima de todo, queda la labor que desempeñan esos profesionales que hacen vida entre nosotros y que asumen misiones cada vez más arriesgadas y que resuelven con una entrega y dedicación digna de encomio.

Un trabajo discreto y eficaz pacificando territorios en puntos lejanísimos o llevando sustento y salud a otros pueblos afectados por gravísimas catástrofes. Una tarea que resuelven a la perfección tal y como se les reconoce en todos los ámbitos y que se cobra vidas como ha ocurrido con los tripulantes del helicóptero siniestrado en Haití.

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En sus exequias fúnebres previstas para esta semana en Rota, Andalucía ha de tener muy en cuenta todo esto. Hay que estar a la altura de las circunstancias y valorarlos en su justa medida trasladándoles, además, que no están solos, que el pueblo andaluz comparte su empeño de entrega por los demás y, en definitiva, por los intereses de la Defensa Nacional.

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