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Descienden los inmigrantes que van a la campaña de la aceituna

Ginés Donaire

La campaña institucional disuadiendo a los inmigrantes a buscar trabajo en la aceituna de Jaén por estar cubierta la demanda de mano de obra con parados locales parece estar dando resultado, al menos por el momento. El mejor indicador es que ayer, fecha oficial para la apertura de los albergues para temporeros, siete de los 23 alojamientos ni siquiera abrieron sus puertas y la mayoría del resto ni siquiera completaron sus plazas.

Según pudo confirmar este periódico de fuentes municipales, ayer aún no habían abierto sus puertas los albergues de Torredelcampo, La Puerta de Segura, Porcuna, Jabalquinto, Mancha Real, Villanueva de la Reina y Torredonjimeno, aunque varios lo harán hoy martes.

El dispositivo de acogida de la capital, el más numeroso con más de 200 plazas, abrió ayer el albergue y evitó que al menos 130 inmigrantes volvieran a pasar la noche refugiados en contenedores y tapados con cartones y mantas viejas. Y es que, el centro de transeúntes que era hasta ahora el único lugar de acogida sólo tenía capacidad para 50 plazas. Sin embargo, el centro sí que ha servido en los últimos días comidas para todos los inmigrantes que la solicitaron, hasta 176 ayer mismo.

Billetes de autobús

Los albergues han reducido este año de cinco a tres días el periodo máximo de estancia. No obstante, tanto los centros municipales como otras organizaciones sociales proporcionan a los inmigrantes billetes de autobús para desplazarse a otros pueblos en busca de trabajo, o bien a sus lugares de origen. En Jaén, se facilitaron ayer 33 billetes. En Úbeda, donde otros años ha habido mayor afluencia de inmigrantes, ayer apenas había una treintena. Al dispositivo municipal se le iba a añadir el que pone en servicio Cruz Roja, con más de 90 plazas.

La mayoría de los inmigrantes concentrados ayer en la capital tenían en común que era la primera vez que llegaban a Jaén en busca de trabajo en la aceituna. Como el marroquí Rachid, de 38 años, que se ha quedado parado en la hostelería en Madrid y que pasó la noche en su coche. Menos suerte tuvo su paisano Bouchail, llegado desde Almería y que ha estado una semana apiñado junto a otros inmigrantes en un contenedor ubicado junto al albergue.

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